Transformar un coche en GLP: cómo hacerlo y cuánto cuesta
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Dónde puedo convertir mi coche a GLP
En nuestro país, puedes convertir tu coche a GLP acudiendo a talleres homologados que se encargan de toda la instalación y legalización: suelen formar parte de redes como Gasmoción, Gas Point Center, Galp o Ecotruck, que cuentan con centros o talleres certificados repartidos por todo el territorio.
El proceso se realiza en varios pasos: primero debes contactar con el taller aportando la ficha técnica para valorar la viabilidad; en segundo lugar, debes seleccionar el kit GLP adecuado según el modelo que tengas del vehículo; posteriormente, se instalará el depósito (normalmente en hueco de rueda de repuesto o maletero), inyectores, centralita y conmutador; y, por último, se prueba y calibra para garantizar su funcionamiento. Eso sí, tras estos pasos deberás pasar la ITV y actualizar la homologación oficial.
Además, estos talleres no solo instalan el sistema, también gestionan la certificación y te ayudan a obtener la etiqueta ECO (cuando el vehículo cumple normativa EURO 4-5-6, por supuesto) y los beneficios asociados, como acceso a zonas de bajas emisiones, reducciones en impuestos y ventajas en aparcamiento
Ventajas de un coche GLP
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Ahorro en combustible: el GLP cuesta entre un 40 % y un 50 % menos que la gasolina, lo que supone un ahorro significativo para quienes recorren muchos kilómetros al año. Aunque el consumo es algo mayor, el coste por kilómetro sigue siendo más bajo.
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Etiqueta ECO: en países como España, los vehículos adaptados a GLP reciben la etiqueta medioambiental ECO, que permite acceder a zonas de bajas emisiones (ZBE), disfrutar de descuentos en impuestos y aparcar con ventajas en ciudades con restricciones por contaminación.
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Reducción de emisiones contaminantes: el GLP emite hasta un 15 % menos de dióxido de carbono que la gasolina y reduce notablemente las emisiones de óxidos de nitrógeno y partículas, lo que lo convierte en una alternativa más limpia.
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Mayor autonomía: al disponer de dos depósitos (gasolina y GLP), los coches bifuel pueden recorrer hasta el doble de kilómetros sin repostar, lo que mejora su practicidad en viajes largos.
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Funcionamiento silencioso y sin vibraciones: el motor que funciona con GLP es más suave y silencioso que los diésel, lo que mejora la experiencia de conducción.
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Red de repostaje en expansión: aunque aún hay una red de repostaje limitada, la infraestructura de estaciones GLP está creciendo en Europa y España.