Puede ser el fin de la etiqueta ECO: el giro que nadie esperaba
Los coches con etiqueta ECO están en serio peligro.
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Al establecerse por la Dirección General de Tráfico, la utilización de las etiquetas ambientales como una forma de clasificar a los turismos, todoterrenos y furgonetas ligeras, ello ha terminado por dividir este gran segmento de vehículos en dos grupos importantes. Unos serán los que sobrevivan después del año 2035 y otros los que deberán enfrentarse a su propia extinción.
Conociendo más …
En el primer grupo podemos encontrar a los automóviles que solo van a funcionar con motorizaciones diésel y gasolina, que son los que no llevan etiquetas y tienen la clasificación para llevar etiquetas B y C.
Si hablamos del segundo, aquí aparecen los híbridos, que son los modelos que combinan gasolina y electricidad, los que usan gas, pila de combustible de hidrógeno y los completamente eléctricos que portan en sus parabrisas las Eco y Cero.
La deseada etiqueta ECO es en la que se encuentran los vehículos híbridos que tienen motor de combustión diésel y gasolina, así como los motores electrificados que dispongan de una autonomía inferior a 40 kilómetros, además de los vehículos que tengan motores alimentados con gas natural o licuado de petróleo.
Hace poco tiempo, a DGT recibió presiones para el cambio del método por el cual realiza la clasificación de los vehículos y si se hace hay altas probabilidades de que los híbridos vayan a perder su privilegiada clasificación.
La norma puede beneficiar a los vehículos A, B y C, pero perjudicará a los ECO
Al crearse la ZBE y las ZBEDEP, los vehículos que no tienen etiquetas ambientales y los que cuentan con las etiquetas B y C empezaron a sufrir una serie de restricciones.
La situación hizo que los conductores se organizasen y exigieran a la DGT que la clasificación se realice al tener la referencia de las emisiones y no la fecha y el año en el que se matriculó.
Pensemos que dicha presión lo que ha conseguido es que aquellos coches que carecían de etiqueta ambiental ahora lleven la B y que los que tenían la clasificación como B se hayan promovido a la etiqueta C.
Todo ello puede haber servido de motivación para que la DGT considere la posibilidad de cambiar la norma para la asignación de las etiquetas de carácter medioambiental, dando más prioridad a la gran cantidad de emisiones de gases que al propio año de matriculación o a que exista o no un motor electrificado.
Una medida que pude beneficiar a unos y perjudicar a otros
Como decimos, esta medida puede ser interesante para los coches que no tienen etiquetas, los B y C, pero de la misma forma puede tener repercusiones negativas para algunos coches considerados como híbridos ligeros, los cuales van a entrar en la categoría Eco, aunque puedan acabar contaminando más cuando se use el motor de combustión que otro coche que sea de etiqueta B o C.
¿Qué va a ocurrir si desde la DGT se pasa a ir clasificando a los vehículos por las emisiones que emiten realmente y no por la tecnología?
En el caso de que se aprueben estas modificaciones, debemos tener en cuenta que de las primeras víctimas, los denominados Mild -Hybrid, esos automóviles que tienen motor de combustión usan un motor eléctrico con una serie de funcionalidades que no deben valer para que se catalogue como ECO, por lo que pueden acabar clasificándose como C.
Lo mismo se puede decir que es posible que ocurra con otra serie de híbridos ligeros, donde se compruebe que las emisiones vayan a ser parecidas a los coches que tengan etiquetas B y C.
Un cambio que puede afectar a bastantes vehículos
La modificación puede terminar afectando a ocho de cada diez vehículos nuevos, a los que ahora se les considera como híbridos ligeros, aunque se pueden mantener a salvo los híbridos que funcionen como tales.
Estos van a poder funcionar hasta algo menos de cuarenta kilómetros usando uno o más motores eléctricos, los cuales estarán respaldados por una batería que estará diseñada para ello.
Si se aprueba esta cambio en las leyes de la Dirección General de Tráfico para las etiquetas de carácter ambiental, es bastante posible que llegue a terminar afectando a los coches nuevos que aparezcan en el mercado y que no se va a aplicar retroactivamente, pese a que deberá esperarse a que se termine haciendo oficial.
Una polémica que sigue existiendo
Un tema como el que hablamos termina siendo de objeto de opiniones de todo tipo, puesto que hay muchos expertos en el mundo del motor que creen que las autoridades a lo mejor han puesto demasiado énfasis en las virtudes de los vehículos eléctricos y han demonizado otras opciones que hay en el mercado. Veremos qué ocurre en los años venideros.