Soy mecánico y esto es lo que hago todos los días para que mi coche no se estropee en invierno
Cuando llegan los meses de invierno, el frío, la humedad y las heladas se convierten en enemigos silenciosos de tu vehículo. Con más de 20 años trabajando como mecánico, este profesional ha aprendido que el mantenimiento preventivo es la mejor herramienta para evitar problemas durante eta época del año. Desde comprobar el estado del aceite hasta prestar atención a los neumáticos y la batería, hay una serie de pasos que todos podemos seguir para mantener el coche en perfecto estado.
Uno de los principalmente errores que cometen muchos conductores es arrancar el coche y empezar a conducir de inmediato. Durante el invierno, el aceite del motor, que actúa como lubricante esencial, se vuelve más espeso debido a las bajas temperaturas. Esto significa que las piezas internas del motor no reciben la lubricación adecuada al encenderlo, lo que aumenta el desgaste y puede provocar daños graves. El truco que recomienda este mecánico es esperar unos minutos para que el motor se caliente antes de empezar a circular. Al hacerlo, el aceite se distribuye correctamente por todas las partes del motor, reduciendo la fricción y protegiendo los componentes.
El truco definitivo para que el coche no se estropee en invierno
El invierno representa un desafío para cualquier conductor, especialmente cuando se trata del mantenimiento del coche. Las bajas temperaturas, el hielo y las condiciones adversas pueden afectar negativamente el rendimiento de varios sistemas del vehículo, desde el motor hasta los neumáticos. Sin embargo, con un mantenimiento preventivo adecuado, puedes evitar problemas y garantizar que tu coche funcione como es debido durante toda la temporada.
Elección del aceite
Uno de los aspectos más importantes para proteger el motor en invierno es seleccionar el aceite correcto. Los aceites con una viscosidad más baja, identificados con etiquetas como «5W-30», están diseñados para fluir con mayor facilidad en condiciones de frío. Esto asegura que todas las partes móviles del motor reciban la lubricación necesaria desde el primer arranque. Si bien podría parecer un detalle menor, usar el aceite inadecuado puede causar un desgaste prematuro en los componentes internos y aumentar el riesgo de averías.
Es esencial seguir las especificaciones indicadas en el manual del fabricante para garantizar que el aceite cumpla con las necesidades del motor. Además, realizar un cambio de aceite antes de que comience el invierno puede marcar una gran diferencia en el rendimiento del coche.
Componentes clave
El motor no es el único elemento que requiere especial atención en invierno. También hay otros componentes sensibles al frío:
- La batería es uno de los elementos más afectados por las bajas temperaturas. En condiciones de frío extremo, su capacidad para generar energía disminuye, lo que puede dificultar el arranque del motor. Para prevenir sorpresas desagradables, revisa su estado antes del invierno. Si detectas que la batería está desgastada o tiene problemas para mantener la carga, reemplázala cuanto antes.
- Los neumáticos son fundamentales para garantizar la seguridad en carretera, especialmente en invierno. Es fundamental comprobar la profundidad del dibujo, ya que un mayor grosor proporciona un mejor agarre en superficies resbaladizas como nieve o hielo. También debes revisar la presión de los neumáticos con frecuencia, ya que el frío puede reducirla considerablemente.
- El sistema de refrigeración protege el motor no sólo del calor en verano, sino también de las heladas en invierno. Asegúrate de que el nivel y la calidad del anticongelante sean los adecuados antes de que las temperaturas bajen drásticamente. Este líquido evita que el motor sufra daños graves por congelamiento y también contribuye a mantener una temperatura adecuada.
Consejos adicionales
Además de los elementos mencionados, hay otros detalles que pueden marcar una gran diferencia en el rendimiento del coche en invierno:
- Mantén el depósito de combustible lleno: esto reduce el riesgo de que se forme condensación en el tanque, que podría congelarse, al tiempo que facilita que el motor alcance su temperatura ideal más rápidamente.
- Protege el coche del frío extremo: si no tienes un garaje, utiliza una manta térmica o una cubierta para proteger el parabrisas y el motor. Esto ayuda a evitar la acumulación de hielo y reduce el tiempo necesario para descongelar el coche por las mañanas.
- Limpia el coche con regularidad: la sal que se utiliza para evitar el hielo en las carreteras puede ser corrosiva para la carrocería y los bajos del vehículo. Lavar el coche frecuentemente previene este daño y mantiene su aspecto en buen estado.
Este invierno, prepárate adecuadamente y disfruta de una conducción sin preocupaciones. Tomar medidas preventivas, como revisar el estado del motor, la batería, los neumáticos y el sistema de refrigeración, puede marcar una gran diferencia en tu experiencia diaria al volante. Una pequeña inversión de tiempo, esfuerzo y atención a los detalles no sólo prolongará la vida útil de tu vehículo, sino que también te permitirá viajar con mayor seguridad y tranquilidad.