Las medidas imprescindibles para evitar accidentes en zonas urbanas
Los fallecidos en zona urbana han aumentado un 18%, un dato que debe mover a todas las instituciones, nacionales, regionales y locales a tomar medidas urgentes para prevenir el riesgo entre usuarios vulnerables. Los datos publicados hoy por la Dirección General de Tráfico con los accidentes y fallecidos correspondientes al año 2016 revelan un cambio negativo en la tendencia de los últimos años.
Ante el incremento de las cifras de siniestralidad, el RACE insta a las instituciones centrales, autonómicas y locales a poner en marcha medidas urgentes para frenar la accidentalidad vial, sobre todo en entornos urbanos. Estas acciones deberían ser prioritarias en los colectivos más vulnerables, como son peatones, ciclistas y motoristas.
Este elevado aumento de la siniestralidad tiene que ver en gran medida con el aumento de los accidentes de tráfico en entornos laborales, unas cifras que el pasado año supusieron un incremento del 18% en el número de fallecidos. Ante estos datos, se exige un plan de incentivos fiscales para que empresas y autónomos pueden llevar a cabo acciones de seguridad vial en los entornos laborales, como son la puesta en marcha de planes de movilidad, cursos online o campañas de concienciación entre los trabajadores, y así contribuir a la reducción de la siniestralidad.
Del mismo modo, se consideran necesarias un mayor número de campañas de concienciación a los usuarios, que alerten sobre los riesgos de determinadas conductas, como el uso de los dispositivos móviles al volante, el alcohol o las drogas. También preocupa el porcentaje de ocupantes fallecidos que no hacían uso del cinturón de seguridad, que alcanzó a uno de cada cuatro muertos en el interior de un vehículo.
Los peatones y los ciclistas son otro de los colectivos que han sufrido un incremento de la siniestralidad, y a los que se le deben destinar un mayor número de recursos, sobre todo en entornos urbanos. Para ello el club de automovilistas insta a las administraciones locales a llevar a cabo acciones pedagógicas de sensibilización orientadas a las principales causas de la siniestralidad de estos colectivos, poniendo especial hincapié en los más pequeños y en el colectivo senior.
Otro de los puntos clave a la hora de reducir la siniestralidad es el de renovar nuestro vetusto parque automovilístico. Coches más modernos, equipados con mayores dispositivos de seguridad, ayudarían a evitar accidentes. Además necesitamos más y mejores infraestructuras, dotando de más seguridad en el caso de accidente, sobre todo para los usuarios de las dos ruedas, como la creación de carriles bici, la protección de los guardarraíles, la mejora de la adherencia del firme, de la señalización.
Toda esta batería de ideas acaba con un recordatorio por parte del RACE, que nos indica que según la FIA, en España los impuestos que pagan los propietarios de turismos cubren con creces sus costes de movilidad, por encima del 150%, y en el caso de las motocicletas, pagan tres veces respecto a lo que reciben en concepto de inversión en infraestructuras, pudiendo reinvertir estos ingresos en la mejora de las protecciones viales de los sistemas de contención de las carreteras.