McLaren F1, la resurrección de un mito
Si nos pidiesen enumerar los mitos deportivos en lo que a coches se refiere de la época reciente, seguro que la mayoría de nosotros incluía en su lista el McLaren F1. Seguramente sea el modelo más recordado de la factoría de Woking, y eso que equipaba un motor de origen BMW. Eso sí, sus 12 cilindros en V eran capaces de generar una potencia de 627 CV, suficientes para seguir siendo hoy en día el deportivo con motor atmosférico más rápido de la historia, con una punta de velocidad homologada de 390,7 km/h.
El McLaren F1 formaba parte de la historia. Y hablamos en pasado porque gracias a MSO, la división de personalización de la marca británica, vuelve a estar más de actualidad que nunca. ¿Por qué? Porque una de las 64 unidades de calle que se produjeron vuelve a estar a la venta. Se trata de la número 60, que cuenta con el chasis 069, y ha sido totalmente reacondicionada para ser puesta a la venta.
El coche original data de año 1998, y en su cuentakilómetros marca tan solo 4.500 km de utilización. Estamos por tanto ante una de las mejores oportunidades que jamás van a existir para hacerse con esta joya del automovilismo.
La unidad ofertada cuenta con una carrocería pintada en negro carbón, bajo la cual se encuentra el primer chasis de fibra de carbono fabricado en la historia de la automoción. Dispondremos además de unas llantas de magnesio de 17 pulgadas, también pintadas en negro. En cuanto al habitáculo, el protagonismo lo tiene la tapicería de cuero en colores negro y rojo para el asiento del conductor, en posición central, y de Alcantara para los de los pasajeros.
MSO anuncia además que la entrega del coche vendrá acompañada de todos los elementos originales de antaño, entre los que se incluyen el libro ‘Driving Ambition’, que describe el proceso de fabricación del coche, un juego de herramientas de titanio firmado por Facom y el mismo reloj Tag Heuer que se entregaba en su momento a todos los que compraban el mítico McLaren F1. ¿Su precio? No lo sabemos, pero seguro que ni tú ni yo lo podemos pagar.
