Se inventa un accidente para librarse de un control de alcoholemia
La picaresca española no tiene límites. Y más cuando nos jugamos el pellejo en lo que a una importante multa se refiere. Y si no que se lo pregunten a la mujer protagonista de la historia que te vamos a contar hoy, que por pasarse de lista se enfrenta ahora a una pena mucho más dura de la que hubiese tenido que afrontar si la llegan a parar bebida en un control de alcoholemia.
Os ponemos en situación. La mujer de 33 años de la que te hablamos, que responde a las siglas T.R.M. circulaba hace unos días por la carretera de Toledo -la A-42- en dirección a la localidad madrileña de Leganés. Al entrar en la misma se encontró de bruces con un control de alcoholemia del que no podía escapar. Suponemos que alguna que otra copa se habría tomado, al igual que no tenía muchas ganas de que la multasen por ello.
¿Cómo escapar de esta situación? La respuesta es tan sencilla como fraudulenta. Nuestra amiga, ni corta ni perezosa, se puso en contacto con el teléfono de emergencias, el 112. ¿Para qué? Para notificar la existencia de un accidente en la A-42, en sentido contrario al que ella había venido, con la presencia de heridos. De esta forma, desde el 112 informaron a los agentes más cercanos, que eran lógicamente los que estaban realizando el control de alcoholemia. Estos recogieron rápidamente el chiringuito para acudir raudos y veloces al lugar del supuesto accidente.
La mujer evitó someterse a la prueba de alcoholemia, pero la historia no iba a acabar aquí. Cuando la policía llegó a las coordenadas facilitadas por la mujer, se encontró con que era una falsa alarma. De esta manera procedieron a identificarla -algo nada complicado al haber realizado la llamada al 112 desde su teléfono móvil- y a ponerla a disposición judicial por un delito de desórdenes públicos. Puede que se haya librado de ‘soplar’ y que haya salvado algunos puntos de su carnet de conducir, pero ahora se enfrenta a una pena de tres meses de prisión. No parece que merezca la pena el ‘intercambio’, ¿no?
