Coche Coches

El botón secreto del coche que casi nadie conoce y es clave para conducir por la noche

Botón secreto del coche

Conducir de noche es una experiencia completamente diferente a hacerlo de día. El tráfico disminuye y, por ende, las carreteras están mucho más tranquilas. Sin embargo, la visibilidad también disminuye, razón por la cual algunos conductores evitan ponerse al volante después del anochecer. Pero lo que muchos de ellos no saben es que el coche tiene un botón secreto para evitar los deslumbramientos de otros vehículos, uno de los problemas más recurrentes al conducir de noche.

Cuando la luz intensa incide directamente en los retrovisores o en los ojos del conductor, se produce una ceguera temporal que puede durar varios segundos, lo cual es muy peligroso. Además, los deslumbramientos provocan cansancio visual, dolor de cabeza y mayor tensión al volante. Según datos de la Dirección General de Tráfico (DGT), «la mayoría de los accidentes en España se producen durante el día: en torno al 70% de los accidentes con víctimas, tanto en vía urbana como interurbana. Sin embargo, aun­que durante la noche, anochecer y amanecer, solo se produce un 28% de los accidentes con víctimas, estos se cobran casi el 40% de los fallecidos y con un mayor porcentaje de acci­dentes mortales (38%)».

El botón secreto del coche para conducir por la noche

«Las luces de los vehículos garantizan una visión óptima, esencial para circular con seguridad, cualquiera que sean las condiciones de luminosidad en la vía. Por esa razón, igual que durante la conducción adaptamos la velocidad o la distancia de seguridad a las circunstancias, también es necesario saber qué luces elegir en cada momento. Porque cada momento tiene su luz propia. Las luces de conducción diurna (DRL en inglés) son obligatorias en la UE desde 2011 en todos los coches nuevos. Su función es hacer más visible a un vehículo para el resto de los usuarios de la calzada, por lo que no suplen a las de posición, corto o largo alcance cuando estas son necesarias. Las DRL se activan automáticamente cuando el vehículo arranca, y son especialmente necesarias en autopistas y autovías, tramos peligrosos, como cruces con poca visibilidad, o cuando la posición del sol es muy baja y se producen deslumbramientos», señala la DGT.

Para contrarrestar este problema, los vehículos actuales tienen una función muy práctica: el modo nocturno o antideslumbramiento del retrovisor interior. Se trata de un botón secreto del coche que, con sólo pulsarlo, reduce la intensidad de la luz que se refleja en el espejo.

Este mecanismo aprovecha las propiedades del propio cristal del retrovisor, que cuenta con dos superficies reflectantes: una más brillante y otra más tenue. Durante el día, el espejo se mantiene completamente reflectante. Pero cuando cae la noche y los faros de los coches que circulan detrás empiezan a deslumbrar, el conductor puede cambiar manualmente a la superficie menos reflectante. De esta manera, el brillo se atenúa y la luz deja de cegar sin comprometer la visibilidad de lo que ocurre detrás.

En los coches con retrovisores manuales, este modo se activa mediante una pequeña pestaña o palanca situada en la parte inferior del espejo interior. Basta con moverla para cambiar la inclinación del cristal y activar la superficie que refleja menos luz.

En cambio, los vehículos más modernos han sustituido ese sistema mecánico por retrovisores electrocrómicos o automáticos, que se ajustan por sí solos gracias a un sensor de luz. Cuando detectan que los faros de otro coche inciden con demasiada intensidad, una capa especial dentro del espejo se oscurece ligeramente para reducir el deslumbramiento. Una vez la luz desaparece, el espejo recupera su claridad original.

Aunque la mayoría de los conductores asocian esta función al espejo central, algunos modelos de gama alta también cuentan con retrovisores exteriores con tecnología antideslumbramiento, que funcionan con el mismo principio electrocrómico. En estos casos, todo el sistema trabaja de forma sincronizada: el interior detecta la luz y los exteriores se oscurecen automáticamente para proteger al conductor desde todos los ángulos.

Lo más curioso de todo es que este botón secreto del coche ha estado ahí desde hace décadas, pero muchos conductores nunca lo han utilizado o ni siquiera saben para qué sirve. El siguiente paso en esta evolución son los retrovisores digitales, que ya comienzan a verse en algunos modelos premium. En lugar de un espejo tradicional, emplean cámaras de alta resolución y pantallas interiores que se adaptan automáticamente a las condiciones de luz.

Finalmente, Ernesto Nava, director de la Escuela de Conducción del Real Automóvil Club de España (RACE), explica que «conducir de noche es más difícil, porque hay una menor visibilidad. El 90% de los datos que precisa un conductor se perciben a través de la vista y por la noche el ojo padece un importante déficit de información, concluye que de noche la capacidad visual del conductor se reduce al 20% respecto a la conducción diurna, así como la habilidad para percibir distancias y campos de visión».

Lo más visto

Últimas noticias