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La razón por la que nunca deberías cerrar el espejo retrovisor de tu coche cuando aparcas, según los expertos

Cerrar el espejo retrovisor

¿Sueles cerrar el espejo retrovisor cuando aparcas? Según los expertos, estás cometiendo un grave error. Esto parece no tener mucho sentido teniendo en cuenta que muchos fabricantes integran como estándar el cierre automático de los retrovisores exteriores al cerrar el coche. Se trata de un mecanismo, diseñado para proteger los espejos de posibles golpes y facilitar el aparcamiento, es un ejemplo claro de cómo un avance pensado para ofrecer la máxima comodidad de los conductores puede tener ciertos inconvenientes.

El cierre automático de los retrovisores tiene un amplio abanico de ventajas. La más destacada es que minimiza el riesgo de que los espejos sufran daños cuando el vehículo está aparcado. Asimismo, facilita la maniobra de estacionamiento en espacios estrechos, ya que reduce el ancho total del vehículo. Sin embargo, los expertos señalan que mantener los espejos abiertos puede actuar como un «elemento de disuasión natural», ya que otros conductores respetan más la distancia cuando perciben que el vehículo ocupa más espacio.

¿Por qué no debes cerrar el espejo retrovisor del coche?

En los vehículos modernos, el cierre automático de los retrovisores funciona mediante sensores que detectan cuando el coche se cierra. En vehículos antiguo, la situación es completamente diferente; no tienen mecanismos automáticos, de forma que el conductor, cada vez que aparca el coche, tiene que plegar los retrovisores.

En cualquier caso, los expertos no recomiendan cerrar el retrovisor al aparcar por varios motivos. En primer lugar, con este gesto, el coche parece más estrecho, lo que puede provocar que otros conductores se acerquen más al aparcar o pasar junto al vehículo, aumentado el riesgo de golpes o arañazos.

A esto hay que sumar que el plegado frecuente de los espejos, ya sea manual automático, puede hacer que las bisagras se desgasten con el tiempo. Por otro lado, durante el invierno, si los retrovisores están plegados por la noche y hay heladas, el mecanismo se puede congelar. Esto puede impedir que se desplieguen correctamente a la mañana siguiente, lo que obliga al conductor a forzarlos manualmente.

Reglamento General de Circulación

Según el Real Decreto 2822/1998, de 23 de diciembre, por el que se aprueba el Reglamento General de Vehículos, en su Anexo III se establece lo siguiente: «los vehículos de las categorías M y N deberán estar provistos, como mínimo, de un retrovisor interior y de un retrovisor exterior izquierdo.» Este requisito es aplicable a los turismos y vehículos de hasta nueve plazas.

La ausencia de los retrovisores obligatorios puede acarrear sanciones de hasta 200 euros y, si se considera que la falta de espejos representa un riesgo grave para la seguridad vial, incluso se puede inmovilizar el vehículo. Es importante destacar que, para vehículos matriculados a partir del 1 de enero de 1993, la normativa exige al menos dos espejos retrovisores exteriores (el izquierdo y el derecho) y el espejo interior.

Consejos prácticos

Más allá de no cerrar el espejo retrovisor al aparcar, es fundamental conocer las recomendaciones de los expertos para cuidarlo y prolongar su vida útil:

  • Uno de los errores más comunes al aparcar es no prestar atención al ángulo de los retrovisores exteriores. Para minimizar riesgos, es recomendable colocar los espejos de forma que el conductor tenga una visión clara del espacio lateral y trasero del coche, sin necesidad de girar demasiado la cabeza.
  •  Durante las heladas, el hielo puede acumularse sobre los espejos y las bisagras, dificultando su funcionamiento. En estos casos, lo más recomendable es utilizar un descongelante o un paño templado para eliminar la capa de hielo antes de desplegar el espejo.
  • En días de lluvia intensa, los retrovisores pueden empañarse, reduciendo la visibilidad. Para solucionarlo, muchos modelos modernos incluyen sistemas de calefacción incorporados que evitan el empañamiento y eliminan gotas de agua. En vehículos sin este sistema, se pueden utilizar productos específicos antivaho o simplemente limpiar periódicamente el espejo con un paño absorbente.
  • Una limpieza periódica con agua y jabón neutro ayuda a eliminar polvo, suciedad y restos de insectos que podrían rayar el cristal. También es aconsejable revisar que los mecanismos de plegado, tanto manuales como automáticos, funcionen bien.

Por último, cabe señalar que «si por cualquier motivo, quieres sustituir los retrovisores de serie por otros de tu elección, es necesario que te asegures de que están homologados. Dicho cambio se considera una reforma en la carrocería, y por lo tanto deberá cumplir con los trámites de homologación necesarios. Además, circular con espejos no homologados se considera un defecto grave en la ITV, que no podrás pasar hasta que lo subsanes. Para que un espejo retrovisor pueda ser homologado, el izquierdo debe poder facilitar una visión trasera de al menos 10 metros a lo largo y 2,5 metros a lo ancho. En el derecho, por su parte, la visibilidad debe de ser de, por lo menos, 20 metros a lo largo y cuatro a lo ancho», recuerda el RACE.

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