BMW inventa… ¡el agua!
BMW es una marca innovadora. Eso dicen ellos, y nosotros tenemos que darles la razón gracias a los hechos. El último de ellos es que han inventado el agua. O más bien, la inyección de agua. Se trata de una idea desarrollada en la competición que la marca alemana pretende trasladar al día a día. Antes de hablar de los detalles de este proyecto, solamente decirte que desde BMW nos aseguran que este método de inyección supone una mejora tanto de la potencia como del par de los motores del 10% y de un ahorro de combustible que puede llegar a ser del 8%.
Este tipo de inyección estaría reservada para motores de gasolina, y su principal beneficio vendría dado porque el agua actuaría como refrigerante a la hora de exigir el máximo de un motor, momento en el que precisamente más temperatura se genera. Se calcula que la reducción de temperatura general con esta inyección por agua podría ser de unos 25º. Sin meternos en muchos tecnicismos, este enfriamiento permitiría a BMW utilizar mayores relaciones de compresión, lo que deriva inmediatamente en propulsores más eficientes.
No penséis que este tipo de tecnología va a estar reservada para los motores más potentes. BMW ha tomado como referencia el motor tricilíndrico de 1,5 litros de su Serie 1, obteniendo unos resultados más que interesantes en lo que a la compresión que os hemos explicado antes se refiere. El ahorro de temperatura que produce la inyección de agua deriva en una reducción de emisiones y partículas.
BMW afirma que tanto el aumento de potencia que provoca esta tecnología como la eficiencia extra que genera son motivos más que suficientes para pensar en comercializarla en un futuro cercano.
Una de las principales dudas que ha tenido la marca alemana con esta tecnología es la duración que pudiese tener el tanque de agua -cuya capacidad sería de unos 5 litros- encargado de alimentar y la manera de reponer su contenido. En principio, éste necesitaría llenarse cada vez que repostemos combustible. Como esto es inviable, la firma teutona trabaja en un sistema capaz de alimentarse a sí mismo. ¿Cómo lo haría? Aprovechando el agua generada y expulsada por el sistema de climatización.
También se ha pensado en los posibles efectos adversos que podría tener una climatología extrema en invierno sobre el sistema. Para ellos, BMW piensa garantizar una ubicación en la que el rendimiento de la inyección de agua no se vea afectada por muy duras que sean las condiciones.
Estamos ante una nueva muestra de que las marcas de coches no paran de pensar en cómo innovar para cumplir con las cada vez más restrictivas normas anticontaminación sin tener que perder por ello la esencia de la automoción, que no es otra que emocionar a quien conduce. No es sencillo, pero tampoco imposible.