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5 consejos para conducir seguros con viento

Estamos viviendo unos días en España donde las fuertes rachas de viento son nuestras compañeras de viaje. Existen pocas inclemencias meteorológicas más molestas que ésta. Pero es que, además de molesto, es peligroso, especialmente cuando nos ponemos al volante. No te vamos a pedir que no conduzcas si el viento sopla con dureza, pero sí que extremes las precauciones con los seis consejos que te vamos a dar.

La velocidad

Como con cualquier complicación meteorológica, debes reducir la velocidad habitual a la que circules. Mientras más viento haya, más despacio tienes que ir. Cuanto más elevada sea tu velocidad, más sensible serás a que una racha de viento modifique la trayectoria de tu coche. No es malo tampoco conducir con marchas más cortas de lo habitual si las condiciones se complican en exceso, ya que la capacidad de respuesta del coche mejorará.

Aparte de la velocidad moderada a la que debes conducir, tendrás que agarrar el volante con más firmeza que nunca. Solamente eso te permitirá reaccionar a tiempo y con la fuerza necesaria a un ‘empujón’ del viento. Evita además los movimientos bruscos.

Adelantamientos

Cuando el viento sopla con más fuerza de la deseable, los adelantamientos se convierten en una de las maniobras más delicadas y peligrosas de todas, especialmente cuando rebasamos a vehículos de gran tamaño. Cuando vayas a finalizar el adelantamiento, volverás a quedar expuesto ante el viento, lo que puede provocarte más de un susto. Corrige la trayectoria moviendo el volante suavemente hacia el lado de donde venga el propio viento, ya que éste nos empujará hacia el contrario.

Túneles y viaductos, zonas críticas

Cruzar túneles o viaductos se puede convertir en toda una odisea cuando sopla fuerte el viento. En el primer caso los problemas aparecerán cuando abandonemos el túnel, ya que tras unos metros de tranquilidad el viento nos golpeará de forma repentina y fuerte. Debes estar prevenido para cualquier tipo de reacción, ya que la dirección del viento puede haber cambiado -sucede cuando circulamos entre dos montañas y de repente éstas desaparecen-. En el caso de los viaductos el problema reside en que estaremos especialmente expuestos a la fuerza de la naturaleza. Las corrientes de aire inesperadas están a la orden del día en este tipo de construcciones, con lo que debemos estar especialmente atentos.

¿Desde dónde viene el viento?

Saber desde qué lado sopla el viento es complicado, salvo que tengamos alrededor elementos como árboles, veletas, banderas… Debes vigilar el entorno para detectar cualquier cosa que te pueda indicar de dónde viene el viento. Siempre te podrás anticipar mejor a las posibles dificultades si visualmente has detectado la procedencia del problema.

El agarre del asfalto

Otro de los motivos por los que debes moderar la velocidad cuando conduces en condiciones ventosas es por el agarre de la carretera. El propio viento puede arrastrar cualquier cosa hasta la calzada -véanse hojas, arenilla etc.-, lo que acaba provocando un descenso del agarre en el piso que puede suponer un problema de los grandes si afrontamos una curva más rápido de lo debido.

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