Ni de calamares ni con lomo y queso: el bocadillo más famoso de Madrid que no conocen en el resto de España
La famosa Casa de Los Minutejos en Carabanchel, tiene uno de los mejores bocadillos más famosos y recomendados
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En Madrid todo el mundo ha comido alguna vez un bocadillo de calamares, unas bravas con caña o una buena ración de callos. Pero entre todos esos platos que resultan parte de la esencia madrileña, hay joyas gastronómicas de los que muchas veces no se habla, pero que todo el mundo debería conocer. ¿Quién iba a pensar que uno de los bocadillos más icónicos de la capital no es de calamares ni de lomo con queso, sino de… oreja? Sí, has leído bien. Oreja, pan tostado y salsa brava.
Aunque suene raro fuera de Madrid, en algunos rincones de la ciudad este sándwich es una auténtica institución. Y no hablamos de un local cualquiera, sino de un bar con historia, con precios imbatibles y con el respaldo de la Guía Repsol, que le ha otorgado su ya famoso Solete. Un reconocimiento que premia lugares con alma, tradición y sabor auténtico. Uno de esos sitios a los que no se va sólo a comer, sino a vivir la experiencia. La historia de este bocadillo se encuentra en Carabanchel. Un barrio lleno de vida, de sabor y de esa identidad castiza que no necesita postureo para triunfar. Allí está el famoso La casa de los Minutejos, un bar de toda la vida que abrió en 1967 y que hoy se ha convertido en un templo gastronómico para quienes saben dónde se come bien sin necesidad de lujos. El lugar que tiene además, el bocadillo de Madrid que muchos no conocen pero que una vez descubres, ya no lo puedes dejar de comer.
El bocadillo de Madrid que conquista a todo el mundo
Este bocadillo que ya se ha convertido en uno de los que todo el mundo recomienda en Madrid, se conoce como Minutejo, ya que se sirve en el emblemático bar, La Casa de los Minutejos. Un sándwich de minutejos que no tiene grandes pretensiones, pero precisamente por eso enamora. Se prepara con pan tostado bien crujiente, una fina loncha de oreja de cerdo cocinada con mimo y, como remate, un toque de salsa brava que le da ese picorcillo tan castizo. No lleva lechuga, tomate ni salsas rebuscadas.
Lo curioso es que este bocadillo, que en otras ciudades sería considerado una rareza, en Madrid ya es casi leyenda. Y como toda buena tradición, no necesita de artificios para sobrevivir al paso del tiempo. Es una receta sencilla, pero con carácter, que representa muy bien la cocina de casquería madrileña: esa que no le teme a lo diferente y que reivindica el aprovechamiento de cada parte del animal.
Un bar mítico de Carabanchel con sabor a historia
La casa de los Minutejos, ubicado en la calle Antonio de Leyva número 19, lleva sirviendo minutejos desde hace casi seis décadas, convirtiéndose en un pequeño santuario del buen comer a precios populares.
El establecimiento ha sido reconocido con el Solete de la Guía Repsol, un premio que no se otorga a cualquiera. Este galardón se reserva para lugares con alma, con historia, con autenticidad. Y el bar de los minutejos lo tiene todo. De hecho, algunos de los chefs más punteros de Madrid, como Sara Peral y Jorge Muñoz del restaurante OSA, han declarado que este sándwich representa el espíritu más castizo y frenético de Madrid.