Descubrimos el refugio de Iker y Sara en medio de rumores de crisis
Iker Casillas y Sara Carbonero han vivido un comienzo de año diferente, refugiados y en compañía de los que más quieren.
El pasado verano, Iker Casillas y Sara Carbonero dejaban atrás su vida en Oporto para regresar a Madrid, la ciudad en la que se enamoraron y formaron su hogar. Nunca lo dejaron del todo, eso sí. Su casa, situada en la elitista urbanización de La Finca, siempre tuvo la puerta abierta para su regreso. En septiembre, los dos hijos del matrimonio empezaron su nuevo curso en un colegio británico muy cercano al domicilio familiar y, hasta ahí, todo parecía ser normal. Sin embargo, desde entonces, las sospechas sobre la estabilidad del matrimonio no han hecho más que crecer.
El pasado mes de septiembre los hijos de Iker Casillas y Sara Carbonero empezaron en su nuevo colegio / Gtres
La confesión de Casillas en una de sus pocas entrevistas en este tiempo asegurando haber dedicado a su mujer menos tiempo del que debiera, especialmente recordando que la periodista en los dos últimos años ha luchado una dura batalla contra el cáncer, les puso en el punto de mira. El infarto de Iker mientras Sara vencía a la enfermedad fue otro jarro de agua fría a la que la pareja tuvo que hacer frente con fuerza y valentía. Sin embargo, en los últimos tiempos, la pareja ha hecho especial hincapié en sus respectivas trayectorias profesionales, e incluso personales, pero no ha dado ningún protagonismo a su vida común. Ni tan siquiera al apoyo del uno al otro.
El último ejemplo lo tuvimos hace muy pocos días, el 27 de diciembre, cuando Iker Casillas viajó hasta Dubai para recoger un importante premio a toda su trayectoria. Se trataba del Globe Scoccer Career Award y, con él, se reconocía el esfuerzo y los éxitos de toda su vida deportiva, que no son pocos. Sara no solo no le acompañó, sino que tampoco le dedicó ninguna felicitación pública. Las alarmas ya eran imparables.
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Pero, ¿dónde estaba Carbonero mientras? ¿por qué de repente parecía habérsela tragado la tierra? LOOK pudo confirmar esos días que la presentadora y recién estrenada comentarista de radio Marca se encontraba en su pueblo natal, en Corral de Almaguer, junto a sus dos hijos. No obstante, nada de paseos al sol ni estampas rurales como las que ha ofrecido años atrás iba a repetirse. Nada de mensajes ensalzando la vuelta a los orígenes ni a la vida más auténtica, como en navidades anteriores. Carbonero no quería hacer ruido ni contarle al mundo que estaba descansando junto a los suyos.
El matrimonio ha pasado sus navidades más discretas / Gtres
Lo que tampoco quería contar era que, días después, y tras aterrizar en suelo español aún con la alegre resaca del premio, se reuniría con ella su marido, Iker Casillas. Conduciendo su propio coche, el guardameta puso un pie en Madrid y se trasladó a Toledo, pero de nuevo repitió el mismo patrón. Nada de paseos al aire libre, ni charlas en la plaza, ni juegos con los niños en el parque…. Casillas se recluyó junto a su mujer y sus dos hijos en su casa toledana y ahí celebraron, solos los cuatro, el séptimo cumpleaños de su hijo mayor, Martín. Ninguna visita, ninguna celebración ni para los familiares permitidos. En casa de los Casillas Carbonero, estos días todo ha sido de puertas adentro y en la más estricta soledad.
De vuelta a casa, ambos retomarán este nuevo año sus respectivas agendas, llenas de nuevos proyectos. Iker, desarrollando su nuevo cargo en la fundación del Real Madrid y, Sara, compaginando su faceta de empresaria con la firma Slowlove -que fundó junto a su amiga y colega de profesión Isabel Jiménez- con su vuelta al periodismo como colaboradora de Radio Marca. Su agenda conjunta, la que marca los tiempos de su matrimonio, solo ellos saben por ahora si está en blanco o, por el contrario, también llena de proyectos.