BELLEZA

Indiba y Morpheus8: probamos el dúo antiedad de Vicky Martín Berrocal y Kim Kardashian

Son radiofrecuencias que actúan a diferentes niveles de la piel: una desde la superficie y otra en profundidad

Dos tecnologías que prometen rejuvenecer la piel desde dentro sin bisturí ni tiempo de recuperación

Vicky Martín Berrocal en un evento. (Gtres)
Vicky Martín Berrocal en un evento. (Gtres)
  • Rosa Torres
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Como periodista de belleza llevo años probándolo todo. Cremas con nombres imposibles, rutinas de diez pasos, masajes japoneses, gadgets ultrasónicos… Siempre he sido la primera en llegar a una cabina para contar desde dentro las tendencias que prometen cambiar nuestra piel. Pero hay algo distinto cuando las primeras arrugas no son las de otra, sino las tuyas. Y entonces una empieza a pensar: ¿esto cómo lo quiero vivir? Lo tengo claro. No quiero bisturí. No quiero parecer otra. Solo quiero seguir pareciéndome a mí, con la piel que me acompaña, pero luminosa, firme, cuidada. Así que me lancé a buscar alternativas más amables. Y ahí apareció Verónica Merino, directora de Dermoestética & Bienestar Luxury. Lleva más de diez años tratando rostros con una sensibilidad que pocas tienen. La escuché. Me dejé guiar. Y juntas empezamos a explorar qué hay más allá de los neuromoduladores y los retoques invasivos.

Fue entonces cuando aparecieron dos nombres que suenan cada vez más fuerte en el mundo beauty: Morpheus 8 e Indiba. Las famosas, claro, ya han elegido. Paula Echevarría, Vicky Martín Berrocal, María Pombo… todas han confesado que se han rendido a los encantos de la radiofrecuencia para mantener su piel joven sin pasar por quirófano. Y si ellas, que viven en el foco, lo eligen, ¿por qué no probar? Así que le hice la pregunta del millón a Verónica: “¿Cuál es mejor?” Y su respuesta no se hizo esperar. «El primero profundiza hasta la hipodermis, pero es doloroso. Usa agujas que, cuando llegan a esa capa, lanzan una descarga de radiofrecuencia a más de 40 grados. Por eso es tan efectivo, pero también por eso duele». En cambio, el segundo puede llegar hasta músculo y hueso si hace falta, pero sin agujas. Es el propio calor que tu cuerpo genera al entrar en contacto con la corriente lo que activa el proceso. Suena a magia. Y un poco lo es.

Vicky Martín Berrocal durante un tratamiento facial con Indiba. (Redes Sociales)

Vicky Martín Berrocal durante un tratamiento facial con Indiba. (Redes Sociales)

La diferencia no es solo técnica, también es práctica. Morpheus 8 es una radiofrecuencia bipolar fraccionada que estimula la producción de colágeno a nivel subdérmico, con una penetración de hasta 4 milímetros más un perfil térmico adicional de un milímetro. Gracias a eso, puede tratar desde arrugas profundas, cicatrices de acné, papada o cuello de pavo, hasta celulitis y grasa localizada. Tiene tres aplicadores intercambiables con microagujas que permiten trabajar distintas zonas del rostro y del cuerpo, generando un calentamiento subnecrótico que reorganiza las capas más profundas de la piel. No requiere cirugía ni ingreso hospitalario, solo anestesia tópica. Los resultados empiezan a notarse en días, se consolidan en semanas y siguen mejorando hasta tres meses después. Pero —y esto es clave— no cualquiera puede aplicarlo: es un tratamiento médico y debe ser realizado únicamente por un profesional titulado. Es una tecnología potente, sí, pero también exige experiencia, precisión y seguridad.

En cambio, Indiba es más suave, más continuo, y funciona casi como un entrenamiento para la piel. Es perfecto para hacer de forma regular, incluso semanal, como una especie de gimnasio facial. Y es ahí donde entendí que no hay que elegir uno u otro. Que lo inteligente, lo realmente eficaz, es combinarlos. Usar la potencia regeneradora del primero una vez al año como una especie de reinicio profundo, y mantener el efecto y la firmeza con el segundo, que es ese tratamiento que puedes repetir sin miedo, sin dolor y con la sensación de estar haciendo algo bueno por tu piel. Además, el bolsillo también lo agradece. Morpheus cuesta entre 350 y 580 euros por sesión. El otro se mueve entre los 60 y 120. Así que la decisión se fue inclinando sola. Y cuando finalmente me tumbé en la camilla, lo supe: no me había equivocado.

Ah, por cierto: ambos también se pueden usar en el cuerpo… aunque eso lo dejamos para otro día.

Así se siente Indiba en la piel

El tratamiento duró unos 30 minutos. Lo que sentí fue un calorcito progresivo, envolvente. Casi meditativo. Nada que ver con otros procedimientos que prometen resultados a cambio de pequeñas torturas. Aquí no pica, no arde, no molesta. En algunos momentos, sobre todo en la mandíbula o el contorno de ojos, noté cómo el calor se intensificaba, pero jamás pasó al terreno de la incomodidad. Cuando terminé, mi piel estaba ligeramente rosada, como después de una clase de yoga o una caminata al sol. Luminosa, firme, como con vida. Pude volver a mi rutina sin marcas, sin tiempos muertos. Solo hay que evitar gimnasio, sol y agua en la zona durante 24 horas. Nada más.

Después Vero me contó  que esta tecnología va mucho más allá de una simple máquina estética. Que tiene años de estudio detrás, y que sus cabezales —uno capacitivo, otro resistivo— actúan en distintas capas según el objetivo. El primero, recubierto de porcelana, trabaja la dermis. El segundo, de metal, va más allá: músculo, hueso. Por eso también se usa en fisioterapia, medicina deportiva, cirugía estética e incluso en veterinaria. Es versátil, sí. Pero también hay matices importantes. Si llevas rellenos con ácido hialurónico, hay zonas donde no se puede usar. Porque el calor puede degradar la toxina antes de tiempo. Y en el caso del ácido, que no deja de ser una molécula de agua, podría migrar o perder efecto. Así que si ya llevas inyectables, mejor hablarlo antes con una especialista.

¿Para qué sirve cada uno?

🔹 Morpheus8
El tratamiento médico de las celebrities para un reset profundo de la piel. Ideal para combatir arrugas marcadas, flacidez, papada, cuello de pavo, cicatrices de acné, celulitis y grasa localizada. Actúa en las capas más profundas gracias a su radiofrecuencia fraccionada con microagujas.
¿Dónde actúa? Rostro y cuerpo.
¿Con qué frecuencia? 1 o 2 veces al año, siempre en consulta médica.
¿Resultados? Notables a partir de las 3 semanas y progresivos hasta 3 meses después.

🔹 Indiba
La radiofrecuencia no invasiva que mejora el tono, la luminosidad y la firmeza sin dolor ni agujas. Perfecta para mantener resultados y activar la regeneración celular de forma continua.
¿Dónde actúa? Rostro, cuello, escote, cuerpo e incluso cuero cabelludo.
¿Con qué frecuencia? Puede aplicarse semanalmente o según plan personalizado.
¿Resultados? Efecto inmediato de buena cara, piel más jugosa y tonificada desde la primera sesión.

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