Conoce algunas de las dietas milagrosas que es mejor no probar
Hacer dieta no es sencillo, pero sabemos que la propia palabra nos horroriza. Por esto lo mejor es comer de forma sana y variada, evitando los excesos. Conoce algunas de las dietas milagrosas que es mejor no probar porque no es conveniente y no están aconsejadas por médicos ni nutricionistas.
Lo cierto es que muchas de estas dietas, llamadas milagro, no aportan nada, al contrario, porque además de no ser sanas y poder provocar que en poco tiempo aparezca un efecto rebote, a menudo también pueden resultar peligrosas para nuestro organismo, provocando un desajuste en la cantidad de nutrientes, vitaminas o minerales que este necesita.
Así que precisamente para evitar que la desinformación siga circulando y que puedan haber más personas que caigan en la trampa de este tipo de dietas, a continuación te desvelamos algunas dietas engañosas que debes evitar a toda costa si quieres adelgazar de forma saludable.
Dieta del limón
Es un alimento buenísimo, pero no podemos alimentarnos solo de ello. Hay que tener en cuenta que el excesivo consumo de un ácido tan potente resulta perjudicial para nuestro organismo.
Dieta de las 500 kilocalorías
Quienes la defienden comenta que consiste en realizar un par de días de ayuno a la semana, con un máximo de 500 kilocalorías. Pero hay que tomar como mínimo 800. Por esto es insuficiente y se traduce en cansancio, fatiga, anemia, ansiedad y efecto yo-yo en muy poco tiempo.
Dieta de cero carbohidratos
Se basa en no tomar hidratos de carbono en el cuerpo, que son la principal fuente de energía. Entonces hay que buscar la energía por otros lados porque si no también tendremos diversos problemas indeseados.
El firme propósito de comer saludable
Así que ahora que sabes lo que no debes hacer, dejar de lado las dietas milagrosas, es pertinente que recuerdes que el método más seguro para perder peso es ser consciente de los errores alimentarios que cometes ¡y evitarlos poco a poco!
Aconsejamos entones mantenerse firme en tu propósito de comer bien, identifica el origen del posible exceso de azúcares que estás consumiendo, sigue una dieta libre de grasas trans, reduce la cantidad de proteína animal que consumes ¡y limita el consumo de sal y café!
No te olvides de hacer ejercicio porque esto debe ser algo diario. Y verás como en unas semanas empiezas a notar cambios significativos en tu cuerpo.