Álex González | 10 lecciones de estilo en 10 looks
Se ha cansado de repetir que no le gusta que le cataloguen de estrella, de chico de moda o como el actor del momento, pero lo cierto es que ninguna de las tres cosas es mentira. A sus 36 años, Álex González se encuentra en una etapa dorada de su vida y es de justicia reconocérselo. A las marcas de hombre les encanta hasta el punto de rifarse su rostro. Emidio Tucci es la que se lleva el gato el agua y le ha puesto de nuevo percha a sus trajes de la colección primavera/verano 2017. Y es que su estilo, lejos de ser estridente, no pasa desapercibido.
Rara es la vez que le vemos desentonar con sus looks, ya sea sobre una alfombra roja o en la calle. Son precisamente esos estilismos los que nos motivan a meternos dentro de su armario para descubrir cómo se viste uno de los hombres con mejor percha dentro de nuestras fronteras. Desde un traje a medida con corbata o pajarita, a una camiseta blanca básica, Álex González demuestra que ‘menos es más’ continuamente, gracias a su elegancia, belleza y masculinidad innatas.
[Ver Galería: Los 10 mejores looks de Álex González]
Bien es cierto que el actor cuenta con dos factores que inclinan a su favor la balanza: su altura (1,82), que le otorga una imponente planta, y su sonrisa. En efecto, como si de su mejor complemento se tratase, Álex González es capaz de ganarse a la cámara con tan solo esbozar una de ellas. Si seguimos analizando su estilo, nos damos cuenta de que el madrileño es uno de esos hombres que no necesita grandes alardes ni ropa llamativa. Le vale con un traje de corte clásico, unos jeans y unos zapatos.
Lo mismo sucede con su street style, compuesto a menudo por camisetas lisas, pantalones de diferentes colores, botines de piel (tiene predilección por las tonalidades claras) y cazadoras tipo bomber, así como algún cárdigan de punto. Cuando hablamos de camisa, siempre metida por dentro, con cinturón negro. No obstante, alguna vez le hemos visto lucir tendencia vaquera, con un look total denim.
Del mismo modo que no le gusta ser el centro de atención, confiesa que le halaga sentirse un seductor. Icono de belleza masculino, y con mérito, ya que hablamos de un hombre que arrasa sin necesidad de vello facial, en plena hegemonía de las barbas.