Así ha cambiado la familia de Urdangarin tras el primer año de Iñaki en prisión
El 18 de junio de 2018 el cuñado del rey Felipe ingresaba en la cárcel de Brieva para cumplir con la sentencia por el caso Nóos.
Iñaki Urdangarin está de cumpleaños. Están a punto de cumplirse doce meses desde que el yerno del rey Juan Carlos ingresara en la cárcel de Brieva. Eran las 8:13 del 18 de junio de 2018 cuando el marido de la infanta Cristina accedía al centro penitenciario abulense para cumplir con la condena de cinco años y diez meses impuesta por la Audiencia de Palma de Mallorca y ratificada por el Supremo – que rebajó la pena inicial en cinco meses-. Un año después, el cuñado de Felipe VI sigue esperando para obtener su primer permiso, después de que el Constitucional rechazase el recurso de amparo presentado por su defensa.
Una revolución familiar
Pese a que la vida de Urdangarin no ha experimentado apenas cambios en estos meses, no ha sido así para su familia. La infanta Cristina y sus hijos han visto como sus vidas sufrían una auténtica revolución que comenzó en el momento en que el patriarca del clan ingresó en Brieva.
Una revolución que, a quien más ha afectado es a la propia doña Cristina. La hija de los reyes padres ya no tiene cuentas pendientes con la Justicia. Doña Cristina ha pasado de estar imputada a ser una mujer libre de cargas. Una situación que ha permitido su regreso a Zarzuela.
Hace un año era impensable que los Urdangarin volvieran a pisar la residencia de los Reyes, pero el ochenta cumpleaños de doña Sofía lo hizo posible. La imagen de los reyes padres rodeados de toda su familia era una clara declaración de intenciones en torno al nuevo estatus de doña Cristina.
Pero Urdangarin no solo se ha perdido el retorno oficial de su esposa a Palacio. El ex duque no ha sido testigo de los primeros pasos lejos de casa de sus dos hijos mayores. Tanto Juan como Pablo han abandonado el hogar familiar y se encuentran ya forjándose su propio camino. Juan ha elegido el ámbito de la Economía y las Relaciones Internacionales y se encuentra en Reino Unido, pero Pablo ha preferido seguir los pasos de su padre y es ya un experimentado jugador de balonmano en un equipo de Hanover. De hecho, hasta don Juan Carlos y doña Sofía se reunieron para asistir a uno de los encuentros del joven. Por si esto no fuera suficiente, el ex deportista tampoco está disfrutando de la adolescencia de su única hija, Irene, que se está convirtiendo en toda una ‘it girl’.
La realidad de Iñaki dista mucho de la de su familia. Aislado en el módulo masculino de la prisión abulense, para el exduque cada día es igual al anterior. Si para él, este año probablemente haya pasado muy despacio y apenas sin cambios, lo que está claro es que para su familia ha sido un año de cambios y que, aunque le echen de menos, la vida siempre debe continuar. | [LEER MÁS: El ‘enganchón’ entre la infanta Elena y Victoria Federica que pasó desapercibido]