El gran dilema de la reina Isabel: ¿qué pasaría si enfermara de coronavirus?
La monarca se encuentra ya en el Castillo de Windsor y aunque va a seguir trabajando, podría verse obligada a cancelar muchos compromisos
La reina Isabel tiene en su haber muchos récords, la mayoría de ellos relacionados con la longevidad. A sus 93 años, la monarca ha superado muchas situaciones complicadas, pero parece que no tiene intención de desafiar al coronavirus, consciente de que forma parte de los grupos de riesgo de esta enfermedad que ya ha causado estragos en todo el mundo.
A pesar de que el clan Windsor no ha cancelado del todo su agenda oficial, sí que se han pospuesto numerosos compromisos en los que la concentración de personas iba a ser la nota dominante, sobre todo por una cuestión de precaución. La soberana ha decidido instalarse en el Castillo de Windsor, donde no va a descuidar sus obligaciones, pero sí va a reducir el contacto con otras personas para evitar riesgos. Sin embargo, ¿qué ocurriría si la reina Isabel contrajera el virus?.
En la mayoría de los países europeos, cuando falta el monarca, su heredero o su consorte ejerce regente. Por ejemplo, hace no mucho, Haakon de Noruega asumió las funciones del rey Harald durante la estancia de este en el hospital o en Dinamarca, la princesa Mary hizo lo propio al ser nombrada regente por su suegra y estar esta y el príncipe Federico ausentes. Un hecho insólito en el país, que suponía una prueba más de la confianza que la reina Margarita depositaba en su nuera.
Sin embargo, en el Reino Unido, la situación es diferente. Al margen de que la Reina es la más longeva de Europa y de que el príncipe de Gales ya ostenta una posición idéntica en términos de herederos, en el caso de ausencia prolongada o enfermedad del monarca, dos o más miembros de la familia pueden reemplazarla.
Esto resulta especialmente relevante en el clima actual ya que, aunque por ahora Su Majestad va a seguir trabajando desde Windsor, si enfermara o tuviera que guardar cuarentena, podría ausentarse en un período prolongado.
Los miembros de la familia que pueden actuar como sustitutos de la Reina con conocidos como “Consejeros de Estado” y siempre son dos personas de alto rango dentro de la familia. Suelen designarse entre el consorte de la Reina y las primeras cuatro personas en la línea de sucesión que cumplen con los requisitos: deben haber alcanzado la edad de veintiún años, aunque en el caso del heredero al Trono es a partir de los dieciocho.
Ellos pueden presidir las funciones del Consejo Privado, firmar documentos estatales o recibir las credenciales de nuevos embajadores. Mientras que el establecimiento de una regencia conlleva la suspensión total del monarca en el desempeño de sus funciones reales, al nombrarse Consejeros, el Rey puede delimitar sus responsabilidades y darles instrucciones. Ellos no asumen de forma inmediata ningún papel cuando el soberano no está disponible, sino que el monarca debe firmar unas cartas patentes en las que figuran la duración y las funciones que va a desempeñar cada consejero y tiene además autoridad para revocarlas.
Esta particular situación de la Corona Británica resulta especialmente interesante si tenemos en cuenta que, en el clima actual, los únicos que podrían ejercer como Consejeros son el duque de Edimburgo, el príncipe de Gales, el duque de York, el duque de Cambridge y duque de Sussex. Sin embargo, entre estos cinco, el duque de York y el de Sussex han renunciado a su papel oficial dentro de la familia, por razones de distinta índole. Esto no significa que no puedan actuar como Consejeros, pero sin duda resultaría un tanto controvertido si tuvieran que hacerlo. Además, a esto hay que añadir que Harry se encuentra ‘atrapado’ en Canadá.
El duque de Edimburgo y el príncipe de Gales se encuentran en un grupo de alto riesgo frente al coronavirus por su edad, más el príncipe Felipe que Carlos de Inglaterra, pero lo cierto es que los dos deben tomar las máximas precauciones.
La realidad es que, en caso necesario, dos o más Consejeros de Estado tienen que actuar al tiempo, lo que deja al príncipe Guillermo como única opción sin mácula y libre de todo peligro -en principio-, ya que es probable que el Gobierno recomiende que todos los mayores de 65 años se aíslen para evitar los contagios.
Todavía es pronto para saber si la Reina decidirá nombrar Consejeros, sobre todo, dado que no está enferma y que pretende seguir activa desde Windsor. Sin embargo, en caso de que ocurriera. ¿Cabría la posibilidad de un triunfal regreso de Harry, su nieto favorito? ¿Haría una excepción y se saltaría al duque de York en favor de la princesa Ana o el príncipe Eduardo?
Algunas excepciones
Solo ha habido un caso en la historia del Reino Unido de una personba que ejerció de Consejero sin ser consorte o príncipe. George Lascelles, séptimo conde de Harewood, ejerció como tal gracias a la aprobación de la Ley de Regencia en 1937. También la reina madre, Elizabeth Bowes Lyon, actuó como Consejera de Estado desde 1953 hasta 2002. Antes de que Guillermo y Harry pudieran ser Consejeros, la princesa Ana y el conde de Wessex podían ejercer como tal. Una posición que perdieron cuando los hijos del príncipe de Gales cumplieron la mayoría de edad.