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A día de hoy, no cabe duda de que la Reina Isabel es ya todo un icono en el Reino Unido. Ahora que su estado de salud ha empeorado como nunca antes, son muchas las personas que están pendientes de todo lo que suceda a partir de ahora en Balmoral, donde ya se han reunido prácticamente todos los familiares de la monarca para saber el último parte sobre cómo se encuentra.
Como no puede ser de otra manera, y aunque tenga la friolera de 96 años, la reina Isabel ha contado con una infancia de lo más feliz, la cual ha estado marcada por su temprano comienzo de reinado a consecuencia del fallecimiento de su padre, el rey Jorge VI. Con él guardaba una estrecha relación que iba más allá de lo paternofilial, llegando incluso a lo amistoso, razón por la que el que fuera soberano acostumbraba a llamar a su pequeña como Lilibet, un nombre que el príncipe Harry acogió del pasado para bautizar a su segunda hija junto a Meghan Markle.
Cuando tan solo era una niña, Isabel II destacaba en sus estudios en historia constitucional, derecho y literatura, contando con una estricta formación llevada a cabo por los mejores tutores del Reino Unido por aquel entonces. De esta manera, y poco a poco, la soberana pudo ir curtiéndose para asumir los cargos propios del trono británico, los cuáles le serían otorgados tan solo a los 25 años, siendo así pieza clave tanto de su país, como de otras 54 naciones a nivel mundial.
Con tan solo un cuarto de siglo de vida, la hija de la Reina Madre tuvo que acudir a distintos eventos y citas que ya forman parte de la historia de su país y del mundo. Sin ir más lejos, nada más y nada menos que durante la Segunda Guerra Mundial, la monarca ingresó de inmediato en el Servicio Territorial Auxiliar de Mujeres en virtud de segunda teniente, siendo así la primera de la Familia Real británica que se aliaba a las Fuerzas Armadas para pasar con ellas la totalidad de su tiempo.
Con el Jubileo de Platino recién celebrado, la Reina Isabel puede presumir de haber sido la monarca que más tiempo ha permanecido al frente de la Corona británica, siendo todo un referente tanto dentro como fuera de sus fronteras. Tanto es así, que ha podido dar la bienvenida hasta a 15 primeros ministros de su tierra natal, habiendo podido estrechar lazos en distintos puntos del planeta con algunos de los dirigentes de éstos. Además, también ha sido pionera a la hora de formar los primeros eventos para mujeres dentro del palacio de Buckingham, en los cuales estuvieron presentes representantes de diversas esferas relevantes.
Siendo ya todo un ejemplo de liderazgo, es probable que muy pronto la soberana tenga que ceder el testigo de su legado a su hijo, el príncipe Carlos, para que siga al frente de una Corona próspera y que la propia Reina ha conseguido forjar gracias a su sabiduría y a su fidelidad hacia la institución.