Polémica en Holanda por el retrato del Rey Guillermo
No siempre llueve a gusto de todos. Y hay obras pictóricas que no terminan de encajar entre la población. Las monarquías de todo el mundo están acostumbradas a que grandes pintores del momento les hagan retratos para colgarlos en los despachos principales de sus palacios, pero el último del rey Guillermo Alejandro de Holanda ha suscitado la polémica.
El motivo no ha sido precisamente el económico, como ya ha sido objeto de críticas en otros países, sino por el poco parecido físico de la pintura con la realidad del monarca.
Retrato de Guillermo Alejandro de Holanda
En el retrato de cuerpo entero, del pintor Urban Larsson, aparece Guillermo Alejandro trajeado y con la banda propia de la monarquía, pero en una línea mucho más delgada de lo que realmente podemos ver en sus apariciones públicas. Sin embargo, la obra de Máxima de Holanda se ajusta mucho más a la realidad.
Retrato de Máxima de Holanda
No es la primera vez que un retrato real suscita polémica entre los ciudadanos. En España, fue muy sonado la obra de Antonio López, que tardó 20 años en terminar la de la Familia Real Española y que costó 50 millones de pesetas.
También fue muy comentado en nuestro país el elevado precio que supuso encargar el retrato de José Bono cuando dejó su cargo como Presidente del Congreso. Se encargó la obra al hiperrealista Bernardo Torrens y su precio fue de 82.600 euros.