Los secretos de la nueva residencia de Carlos III y la Reina Camila

Pedía una renovación a gritos

La última vez que se cambió el cableado eléctrico, la calefacción y la fontanería del palacio fue en 1950, por lo que era necesaria una renovación que comenzó en 2017 con vista a 10 años. Según informó la Casa Real, las obras eran más que necesarias, ya que cualquier fallo podría provocar un incendio o una inundación. Aprovechando la ocasión, se va a implementar una tecnología más eficiente que reduzca el carbono del edificio en un 30%, es decir que pasaría de producir 1.368 toneladas de emisiones de carbono al año a 815 toneladas.

¿Mito o realidad?

Desde hace años, se ha especulado con que el palacio contaría con pasadizos secretos que solo usaría Isabel II. Al parecer, la soberana utilizaba un camino secreto para moverse más rápido por la residencia, un pasadizo situado, según el programa Good Morning Britain, detrás del espejo de la sala de recepción de invitados. Una información que fue confirmada tanto por la periodista Kate Garraway como por Anna Reynolds. Por si fuera poco, el marido de Eugenia de York, Jack Brooksbank confesó que existía un túnel oculto que conectaba Buckingham con uno de los bares londinenses más famosos, el Dukes Bar.

Hogar para las ratas

Durante la Segunda Guerra Mundial, el palacio fue bombardeado hasta en siete ocasiones. Una de ellas consiguió destrozar el desagüe, inundando el lugar con cientos de ratas, como así informó ABC. «Todos se divirtieron persiguiéndolas e intentando alcanzarlas», recordó la Reina. Pero no todo quedó ahí pues, años más tarde, el diario británico The Sun señaló que una plaga de roedoras había invadido las despensas y hasta los pasillos de la residencia real en 2009: «El personal que labora en las habitaciones más bajas se han acostumbrado a ver pequeños ratones café a lo largo de los corredores». Desde entonces, nada más se supo de estos inquilinos, pero parece que con esta nueva reforma se acabarán esos rumores para siempre.