Harry y Guillermo: las claves de una herencia desigual
Fueron uña y carne durante más de treinta años, pero, a día de hoy, siguen caminos completamente opuestos. Cuentan que los príncipes Harry y Guillermo marcaron la distancia en el momento en el que Meghan Markle entró a formar parte de la vida del hoy duque de Sussex, pero lo cierto es que las diferencias entre ambos venían establecidas desde su nacimiento. Guillermo, el heredero y Harry el ‘repuesto’. Una posición que, aunque de pequeños no era algo que destacara de manera especial porque ambos recibieron la misma educación e incluso, tras la muerte de Diana de Gales, con más prerrogativas incluso hacia Harry por el trágico suceso, imprime carácter.
Aunque las diferencias entre dos hermanos que han crecido unidos ante la adversidad se ha hecho especialmente patente cuando el duque de Sussex ha comenzado a formar su propia familia y se ha separado de facto del núcleo que suponía la estructura del Palacio de Kensington, hay una cuestión en la que siempre hubo distinciones entre ambos hermanos.
Un tema que tiene que ver con su herencia y que, por tanto, resulta inapreciable a simple vista pero que deja claro que, al igual que sus privilegios no son equivalentes -más aún ahora que Harry ha renunciado a su papel como royal senior-, tampoco lo es su legado.
El 30 de marzo de 2002 fue uno de los días más tristes para el clan Windsor. Elizabeth Bowes-Lyon, madre de la reina Isabel fallecía a los 102 años dejando tras de sí, además de una inmensa tristeza en los corazones de su familia y del pueblo británico, un vasto patrimonio que habría de repartirse entre sus sucesores directos. Una fortuna que, según cabría esperar, iría a parar a la reina Isabel, sin embargo, la reina madre había dejado establecido que su legado se repartiese entre otros de sus descendientes, haciendo especial hincapié en los hijos del príncipe Carlos.
Justo en el momento en el que falleció la reina madre, habían pasado apenas unos años de la muerte de Diana de Gales, de manera que los jóvenes príncipes atravesaban difíciles momentos. Por este motivo, la que fuera esposa de Jorge VI quiso que Guillermo y Harry ocuparan un lugar predominante en sus últimas voluntades, dejando 14 millones de euros en un fondo destinados para ellos. Sin embargo, no hizo un reparto equitativo entre los hermanos. La reina madre decidió favorecer al que fuera nieto favorito de la reina Isabel, y no porque fuera su favorito también, sino por un motivo que obedece a un razonamiento más que lógico.
Como Guillermo está destinado a suceder a su padre, ello supone que heredará los beneficios del Ducado de Cornualles, que cuenta con una serie de privilegios económicos que no tendrá Harry y de los que ahora, a pesar del Megixt, todavía se está beneficiando. A esto hay que sumar que, dado su papel de heredero, Guillermo siempre estará enmarcado en la Familia Real mientras que Harry estaba destinado a ir desvinculándose, pese a que él ha tomado la decisión mucho antes de lo esperado.