La exmujer del rey de Malasia vuelve a la carga: empeñó el anillo de boda por su hijo
La rusa asegura que se enteró de que se había divorciado a través de los medios.
Nuevo capítulo en la complicada historia del rey de Malasia y la exmiss Moscú Oksana Voevodina. Tal como ha declarado la reina de la belleza rusa al tabloide británico Daily Mail, se vio obligada a empeñar su anillo de bodas después de que el monarca la abandonara cuando estaba embarazada de cuatro meses.
Una dolorosa decisión que no tuvo más remedio que tomar para sacar adelante el embarazo, a pesar de que obtuvo hasta tres veces menos del valor del anillo de compromiso que su hasta hace poco marido le había obsequiado.
La modelo de 27 años se ha visto envuelta en una dramática historia de idas y venidas con el sultán Muhammad V de Kelantan, de 50 años, con quien apenas ha estado casada doce meses. Su romance y posterior divorcio ha acaparado titulares a lo largo de todo el mundo, no solo por lo peculiar de su enlace secreto, sino también porque en un principio el sultán renunció a sus derechos para casarse con la top.
Sin embargo, el amor les duro poco. Siete meses después de la boda y cuando Oksana ya había renunciado a su vida anterior, unas imágenes de la rusa practicando sexo en una piscina durante un reality show del país causaron el escándalo que muchos han considerado el germen que llevó al sultán a solicitar el divorcio de manera unilateral. Una situación que ha dejado a la modelo completamente desubicada.
La rusa mantiene que se enteró de su divorcio por la red y está dispuesta a defender al máximo la situación de su hijo, a quien considera legítimo heredero al trono de Malasia. Sin embargo, parece que el sultán no está muy de acuerdo con esto. Tanto es así que a la modelo no le ha quedado más remedio que recurrir a los medios.
La exmujer del rey mantiene que el niño es la viva imagen del monarca y asegura que no tiene ningún tipo de reparo a someterse a una prueba de ADN para demostrar la veracidad de sus afirmaciones. A esta historia aún le quedan muchas entregas por contar.