Estas son las joyas que aún evocan el compromiso de Diana de Gales

Han pasado casi cuarenta años desde una de las fechas más importantes para la familia Windsor. El 24 de febrero de 1981 el príncipe Carlos se comprometía con Lady Diana Spencer y la mayoría de las miradas se posaban en el impresionante anillo que el hijo mayor de la reina Isabel le entregó a la mujer que habría de convertirse en uno de los personajes más icónicos de la historia reciente. Una exclusiva pieza de la casa Garrad compuesta por un gran zafiro de dieciocho kilates rodeado de diamantes que años después recuperaría el príncipe Guillermo para su compromiso de Kate Middleton.

Aunque se dice que fue la propia Diana la que escogió la joya en Garrard, la elección de la firma no es casual. La realidad es que resultó la reina Isabel quien presentó a Diana una bandeja con anillos para que escogiera el que más le gustaba. De esos, la futura princesa de Gales eligió el zafiro, el que era más suntuoso y caro, lo que a la Reina le pareció toda una ostentación aunque resultó llamativo por su vínculo con el pasado.

Existe un fuerte y prolongado vínculo de la casa con la Familia Real Británica. Aunque en 1735, el entonces príncipe de Gales inició la relación con la firma de orfebrería, fue durante el reinado de la reina Victoria cuando alcanzó su mayor apogeo, cuando fue nombrada como “Crown Jeweller” en 1843. Y es que un día antes de su enlace con el príncipe Alberto de Sajonia-Coburgo, recibió de él un espectacular broche de zafiro y diamantes que para ella fue su ‘algo azul’. Una exquisita pieza que serviría de inspiración para el anillo de Diana de Gales y que se ha convertido en el icono atemporal de la firma. Todavía hoy la reina Isabel suele rescatar la pieza y de hecho, la llevó en su último discurso de Navidad ya que se acaba de celebrar el bicentenario de la reina Victoria.

Poco después del compromiso del príncipe Carlos y Lady Diana, proliferaron las peticiones a Garrard sobre piezas idénticas a la de la Princesa que, por cierto, no era exclusiva, sino que formaba parte de su catálogo. Ahora, casi cuatro décadas después, la firma sigue ofreciendo opciones similares para todos aquellos que quieran contar con una joya que evoque la memoria de Diana de Gales o que les recuerde a Kate Middleton.

Y es que al margen de que los zafiros hayan sido especialmente prominentes a lo largo de la historia de la firma, este tipo de diseño se ha convertido en un icono de la Casa. Garrard ha creado muchas sortijas de compromiso para la Familia Real, además de otras joyas, pero el anillo de Diana de Gales ha tenido especial trascendencia.

Entre las piezas que aún mantiene Garrard en su catálogo se encuentran varios modelos similares al de Diana, además de colgantes y pendientes a juego y otras alhajas en diversas piedras preciosas que mantienen la línea clásica que evoca tanto el broche de la reina Victoria como el anillo que hoy luce Kate Middleton.

Un cambio de rumbo

A pesar de la estrecha relación de Garrard con la familia Windsor, en 2007, la reina Isabel decidió dar por terminada su vínculo con la casa. Después de más de 160 años al servicio de la Corona, los orfebres perdieron su posición a favor de otra firma, Harry Collins quien, desde entonces es el encargado de conservar y reemplazar las joyas de la Corona.

Y es que en los últimos años la imagen de Garrard ha ido alejándose de la línea más tradicional en pos del cambio, algo que parece que no ha sido del gusto de la reina Isabel. A pesar de todo, siempre tendrán en su haber ser los responsables de algunas de las piezas más icónicas que permanecerán en el tesoro de la Casa Real, sobre todo, el anillo de Diana de Gales.