Carlota Casiraghi: la pugna de la femme fatale entre el glamour y el escándalo

Carlota Casiraghi ni es princesa, ni tiene un papel oficial en la estructura del Principado de Mónaco. Sin embargo, es una de las figuras clave de los Grimaldi, que además es el máximo exponente del glamour del segundo país más pequeño del mundo. De ahí que en el día de hoy, todas las miradas de la crónica social en España y lejos de nuestras fronteras, estén posadas sobre su persona. La segunda de los hijos de la princesa Carolina de Mónaco y Stéfano Casiraghi, y nieta de Raniero III de Mónaco y de Grace Kelly, cumple este jueves 37 años. Lo hace en un momento de máxima tranquilidad (o a medias) y serenidad personal y profesional; aunque también, de gran exposición pública, comparaciones a montones y una agenda imparable.

Además de ser imagen de marca de Chanel, que la ha coronado como una de las mujeres con más estilo, o aparecer en la hípica, Carlota ha deslumbrado en los últimos meses en los actos oficiales más importantes de Mónaco junto a su madre y su tío, el Príncipe Alberto; llegando incluso a ocupar el sitio de la esposa de éste, Charlene. Prueba de ello es su aparición,  hace escasas semanas, en la inauguración de una muestra en el Nuevo Museo Nacional de Mónaco, y su participación al tiempo, y junto al soberano, en el Baile de la Rosa 2023, en la presentación de la Semana de la Filosofía de Mónaco, que se celebró en el Mercado de la Condamine; o en el Gran Premio de Mónaco de Fórmula 1, que se disputa anualmente con monoplazas en el Circuito de Mónaco, ubicado entre los distritos de Montecarlo y La Condamine.

Así, atrás queda la Carlota más tímida y celosa de sus quehaceres e incluso de su vida privada, pues en algunos de los actos antes mencionados, estuvieron también Dimitri Rassam, su marido, con quien se casó el 1 de junio de 2019, y sus dos hijos: Balthazar, que actualmente tiene 4 años, y Raphael, que es fruto de una relación anterior de Carlota con el comediante Gad Elmaleh. Precisamente en torno a esto último, el perfil de Carlota Casiraghi en el Principado se ha descrito siempre en cuanto menos, ambiguo. Y no es de extrañar. Si bien Carlota María Pomelina Casiraghi -su verdadero nombre- se ha proyectado en la prensa, sobre todo, por su belleza y elegancia, también ha sido objeto de escándalos y controversias por todo lo que tiene que ver con sus embarazos que, hasta ser innegables, siempre se ha resistido a confirmar. Pero ¿Por qué?

Según desveló la revista Lecturas en enero, coincidiendo con especulaciones acerca de una posible nueva preñez de Carlota, el motivo de este llamativo silencio no sería otro que «una regla no escrita que siguen los miembros de la familia real». «Desde palacio nunca se confirman ni desmienten este tipo de noticias porque entienden que forman parte de la vida privada y personal de los miembros de la casa real».

Dimitri Rasam, el verdadero amor de su vida

Tras varios intentos de amor fallido, Carlota Casiraghi encontró el verdadero (al menos de momento) en Dimitri Rasam, el productor de cine franco-libanés a quien conoce prácticamente desde niña, pues sus respectivas madres siempre han sido grandes amigas. La pareja oficializó su relación en el año 2017, poco tiempo después de que Casiraghi hiciera pública su separación del padre de su primer hijo, y en 2018, anunciaron su compromiso y la llegada del pequeño Balthazar.

Carlota Casiraghi y Dimitri se casaron el 1 de junio de 2019 en una ceremonia celebrada en el Palacio del pequeño Estado mediterráneo, a la que asistieron una cumbre de selectas personalidades entre las que destacaron las vinculadas a aristocracia, la moda y al cine, como Pauline Ducruet, la hija de la princesa Estefanía, el diseñador Giambattista Valli, el productor oscarizado Thomas Langmann -primo del novio-, la aristócrata y modelo Bianca Bandolini o la heredera del imperio Missorni, Margherita Maccapani Missoni, entre otros.