Carlos y Camilla: los secretos de un matrimonio indestructible
El hijo mayor de la reina Isabel celebra dieciséis años de amor con la mujer de su vida en medio de una de las mayores crisis de la Corona
El príncipe Carlos y Camilla Parker cumplen dieciséis años de matrimonio. Más de tres lustros de ‘unión oficial’ tras los cuales hay muchos años de romance clandestino. Un romance que ha llegado a poner en una complicada tesitura a la Corona, pero que hoy ha hecho de la pareja uno de sus grandes baluartes, con permiso de los duques de Cambridge.
Y es que, a pesar de los numerosos escollos a los que han tenido que hacer frente, los duques de Cornualles han sabido, con el tiempo, ganarse el cariño de los británicos, que, cada vez más ven en ellos a sus futuros reyes, al menos una parte de la ciudadanía.
Sin embargo, el camino no ha sido fácil. A diferencia de Meghan Markle, que hace apenas unas semanas declaraba a los cuatro vientos sus comienzos en la familia real habían sido muy duros, para Camilla Parker llegar a convertirse en duquesa sí que fue toda una prueba. A pesar de que su historia de amor con el heredero está de sobra probada, en su momento se la veía como una potencial amenaza, hasta el punto de que no se respetó la voluntad de quien algún día será rey.
La historia de Carlos y Camilla empezó casi por casualidad. Ambos se vieron metidos en una suerte de cuarteto amoroso del que también participaron la princesa Ana y el primer marido de la Duquesa, Andrew Parker Bowles. Pese a que en un primer momento su romance debía ser una mera distracción para el heredero -tal como había previsto Lord Mountbatten- nadie esperaba que Carlos acabaría enamorado de Camilla.
Ni siquiera su boda con Diana de Gales pudo hacer que se olvidara de ella, hasta el punto de que años después de la muerte de la Princesa, la pareja sellaría su amor en una boda civil y una discreta ceremonia en Windsor, a la que asistiría la reina Isabel, lo que ya de por sí era un gran paso para ellos.
Casi dos décadas después de su enlace, Carlos y Camilla siguen tan enamorados como el primer día. Aunque el hijo mayor de la reina Isabel sigue siendo el eterno heredero, Camilla ha sabido ganarse a los británicos con su buen hacer y su profesionalidad. Todo un acierto por su parte prescindir del título de princesa de Gales y dejar que sea Kate Middleton quien previsiblemente lo lleve como homenaje a su suegra cuando Carlos sea rey.
Camilla es una de las royals más activas, lo dicen las encuestas, pero también los periodistas que hasta la fecha la han acompañado en los diferentes actos y que aseguran que es una de los miembros más amables y considerados de la familia real.
Al margen del evidente amor que sienten el uno por el otro, hay algunas cuestiones que hacen del matrimonio de Carlos y Camilla todo un ejemplo, no al nivel del de la reina Isabel y el duque de Edimburgo, pero casi. La pareja comparte un gran sentido del humor y una enorme complicidad que es más que evidente en cada una de sus apariciones conjuntas. Sonrisas, miradas, gestos… que es imposible no percibir cuando se les ve juntos. Pese al paso del tiempo y a los ‘chaparrones’ que han tenido que superar, Carlos y Camilla son la viva imagen de la felicidad.
Al igual que las dos ‘c’ entrelazas del logo de la Maison Chanel que tanto repudiaba Diana de Gales por recordarle a su entonces marido y su esposa, la vida de Carlos y Camilla va de la mano y hasta casi se funde hasta formar un todo indisoluble. Un matrimonio a prueba de cualquier cosa que, si la reina lo permite y el pueblo está de acuerdo, estará al frente del país tras uno de sus momentos más complicados. Eso sí, ni Isabel II parece tener la intención de abdicar y los ciudadanos ya han mostrado su clara preferencia por los duques de Cambridge. El tiempo dirá.