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La primera jornada del viaje de Estado del rey Carlos III y su esposa, Camila Parker Bowles ha llegado a su fin con un de los actos más esperados, la cena de gala que el presidente Frank Steinmeier y su esposa han ofrecido al matrimonio en el Palacio de Bellevue.
Una velada a la que han asistido hasta 120 personas y que ha estado marcada por un estricto protocolo, pero en la que, además, ha habido representación directa de la rama alemana de la familia del monarca. Varios de los primos del actual soberano, por parte de su padre, el príncipe Felipe, han estado presentes en esta noche tan especial. Es el caso de Bernhard, el príncipe heredero de Baden, que es nieto de la hermana del difunto duque de Edimburgo; Teodora, y el príncipe Felipe de Hohenlohe-Langenburg, nieto de la hermana mayor del padre del rey Carlos, la princesa Margarita.
Hay que tener en mente que los Windsor tienen un tronco familiar común con Alemania que se remonta varios siglos atrás, en concreto, desde que la Reina Ana falleció sin descendencia a comienzos del siglo XVIII, y fue sucedida por su primo, Jorge I, de la casa de Hannover. No obstante, los lazos se estrecharon de manera especial gracias a la Reina Victoria, la llamada ‘abuela de Europa’ por su interesante política matrimonial. Ella se casó con su primo, el príncipe Alberto, de la también casa alemana de Sajonia-Coburgo. De hecho, no fue hasta que Jorge V adoptó el apellido Windsor -para evitar polémicas por las consecuencias de la IGM- que la Familia Real Británica ‘camufló’ sus orígenes alemanes. Hasta parte de la familia de Felipe de Edimburgo hizo lo propio al cambiar de Battenberg a Mountbatten.
Para esta cita, mientras que el monarca ha optado por un traje de etiqueta al más puro estilo convencional, todos los ojos se han posado en la reina Camila. Es la primera vez que la esposa del soberano participa en un evento internacional de estas características desde la muerte de la Reina Isabel el pasado mes de septiembre. En esta ocasión, Camila Parker Bowles ha lucido un maxi vestido joya en color negro y brillos en tonalidades plateadas. Una elección que ha combinado poniendo especial atención a las joyas, basándose en la Tiara Greville, un accesorio de la reina madre que suele llevar con normalidad y que ha conjuntado con la orden de Isabel II y con un collar que la madre de su marido utilizó para darse el «sí, quiero», de la misma manera que Beatriz de York.
Después de la cancelación de la etapa en Francia, el soberano y su esposa llegaban en torno a las 14:00 horas al aeropuerto de Berlín, escoltados por aviones alemanes. Un recibimiento por todo lo alto que ha culminado en la Puerta de Brandenburgo y que ni siquiera se ofreció a su madre, la Reina Isabel, en su último viaje oficial internacional, que fue en el año 2015 al mismo país. Carlos y Camila se han dado un baño de masas en esta primera jornada, en la que han hecho gala de la buena sintonía con el presidente alemán y su esposa. Está previsto que el Rey y su esposa estén en Alemania hasta el próximo viernes, cuando cerrarán su agenda en la ciudad de Hamburgo.
Este primer viaje de Estado del monarca se ha producido en un momento complicado. Por un lado, estaba previsto que el Rey y su esposa realizaran un periplo combinado entre Francia y Alemania, pero las actuales circunstancias del país galo han provocado que no sea posible llevar a cabo esta parte del viaje, que ha sido pospuesto para más adelante. Asimismo, justo este lunes, el hijo menor de Carlos III, el príncipe Enrique, llegaba a Londres para participar en el juicio contra Associated Newspapers y, aunque ha estado presente en dos de las jornadas del proceso, ya este miércoles no se ha visto al duque de Sussex en el tribunal. Algunas fuentes han apuntado que la visita de Enrique a Londres era una estrategia para acaparar la atención ante el gran estreno internacional de su padre como rey pero, ya que podía haber declarado por videoconferencia. Además, hay que añadir que se ha publicado que el monarca no ha podido recibirle, supuestamente, porque estaba muy ocupado. Sin duda, las relaciones entre padre e hijo están en su momento más tenso y no parece que la situación vaya a mejorar de cara a la Coronación.