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El desalojo de los duques de Sussex de la que, hasta la fecha, ha sido su residencia en el Reino Unido es ya una realidad. A pesar que no ha habido confirmación oficial por parte de fuentes del Palacio de Buckingham, un portavoz de Enrique y Meghan sí que ha informado de que el Rey Carlos ha pedido a la pareja que se marche de Frogmore Cottage. Al parecer, fue el pasado mes de enero cuando el monarca hizo esta petición a los Sussex, aunque no ha sido hasta ahora cuando se ha conocido.
El príncipe Andrés con sus hijas, Beatriz y Eugenia. / Gtres
Según apuntan varias fuentes, el nuevo Rey ha ofrecido la propiedad al príncipe Andrés, que por ahora se resiste a abandonar el Royal Lodge. El duque de York continúa viviendo en esta residencia real, que antaño habitó la Reina Madre y que ha podido mantener gracias a los fondos privados del Ducado de Lancaster. Sin embargo, estos fondos están ahora en manos del Rey Carlos, que no está dispuesto a subvencionar a su hermano, pero tampoco va a dejarle sin techo.
Con el duque de York viven las dos últimas mascotas de la Reina Isabel, así como su ex mujer, Sarah Ferguson, con la que mantiene una relación muy estrecha. A pesar de su reticencia inicial, todo apunta a que no le va a quedar otro remedio que aceptar la propuesta del monarca. Y es que Frogmore Cottage es una propiedad bastante más modesta y con menos solera que el Royal Lodge que podría convertirse en un lugar ideal para los actuales príncipes de Gales -con un vínculo, además, con la Reina Madre, a la que el Rey Carlos estaba especialmente unido-.
El príncipe Andrés en el Palacio de Buckingham.
El Royal Lodge, ubicado en los terrenos de Windsor, fue una de las residencias oficiales de la Reina Madre hasta su muerte en el año 2002. Poco después, en 2004, hace casi dos décadas, el príncipe Andrés se instaló en la propiedad, que pertenece a la Corona, aunque el duque de York cerró un acuerdo de alquiler por 75 años, que tuvo un coste de un millón de libras. El duque de York se comprometió a hacer frente con sus ingresos a todas las reformas necesarias en la propiedad, que se estimaron en más de siete millones de libras. De hecho, algunas fuentes apuntan a que esta cantidad se le podría reembolsar ahora al hermano del Rey, por los fondos que invirtió en la puesta a punto.
Al igual que ocurría con Frogmore y con otras propiedades del recinto de Windsor, en origen también el Royal Lodge se utilizaba como vivienda para trabajadores del Castillo. No obstante, Jorge IV decidió reformarla para comenzar a usarla y alojar allí a invitados en las carreras de la Royal Ascot, que se encuentra muy cerca. Fue entonces cuando se hicieron algunas reformas, ampliaciones y modificaciones a la estructura original, para las que se contrató al arquitecto John Nash.
La ‘casita’ de la Reina Isabel. / Gtres
A principios de la década de 1930, la residencia pasó a manos de los duques de York, el futuro Jorge VI y su mujer, que la utilizaban como casa de campo. El edificio ya tenía entonces un aspecto muy similar al actual, con 30 habitaciones, siete de ellas dormitorios, capilla y una residencia para el servicio. Tras la muerte del Rey Jorge y el ascenso al trono de la Reina Isabel, la Reina Madre siguió utilizando de manera habitual la propiedad, de hecho, falleció en ella.
La Familia Real en una imagen de archivo en el Royal Lodge.
Al tratarse de una residencia privada, apenas hay imágenes de la misma, aunque sí se sabe que está situada en un amplio recinto, de más de 40 hectáreas y que en sus jardines se encuentra ‘La casita’ que el pueblo de Gales regaló a la Reina Isabel por su sexto cumpleaños. Además, han sido muchos los momentos importantes que la Familia Real ha vivido en el Royal Lodge, como la pedida de mano de la princesa Margarita, la fiesta post boda de la princesa Eugenia o muchas celebraciones privadas.
Una casa que tiene todas las características para ser la nueva residencia de los príncipes de Gales en Windsor, que ahora se encuentran instalados en la modesta Adelaide Cottage. Habrá que esperar a ver qué ocurre.