Revuelo mediático

Rocío Carrasco: cuando su familia admitía lo que ella ahora denuncia

Rocío Carrasco y Rosa Benito/Gtres
Rocío Carrasco y Rosa Benito/Gtres

La relación de Rocío Carrasco con su familia materna no siempre fue mala. Durante años, tuvo en ellos a su principal apoyo. Tanto es así que, en el proceso de nulidad de su matrimonio con Antonio David Flores, los Mohedano y sus más allegados cerraron filas en torno a ella en sus declaraciones ante el sacerdote del tribunal de La Rota.

La llamada de José Antonio Rodríguez en directo al programa de ‘Montealto’ (Telecinco) el pasado viernes ha vuelto a poner en el disparadero lo acontecido en la vida de Rocío Carrasco durante su matrimonio y su separación de Antonio David Flores.

Rocío Carrasco y José Ortega Cano en una imagen de archivo./Gtres

Rocío Carrasco y José Ortega Cano en una imagen de archivo./Gtres

Hace dos décadas, la relación entre Rocío Carrasco y su familia era muy distinta a la actual. Un hecho que quedó manifiesto en las declaraciones de cada uno de ellos ante el Tribunal Eclesiástico en 2001, cuando se trataba el proceso de nulidad de su matrimonio con el ex guardia civil.

En estas declaraciones, hechas por sus seres queridos, son muy significativas en estos momentos e incluso fueron aportadas por Rocío Carrasco en la denuncia que interpuso contra el padre de sus hijos por un presento delito de lesiones psicológicas.

Rocío Jurado, llegó a declarar que: «Ha sido una convivencia siempre mala, sin afecto ni fidelidad por parte de David. Vi sufrir mucho a mi hija, él se mofaba de ella». Por su parte, José Ortega Cano: «La convivencia conyugal ha durado poco, como dos, tres años, y es porque no ha ido bien. David no tenía imagen de esposo dedicado a su compromiso matrimonial, tenía sus libertades». Su tía materna, Gloria Mohedano, también apuntalaba esa idea: «La convivencia ha durado muy poco, signo de su falta de integración».

Rocío Jurado junto a su hija, Rocío Carrasco./Gtres

Rocío Jurado junto a su hija, Rocío Carrasco./Gtres

Mientras que su marido, José Antonio Rodríguez, una de las personas más críticas con Rocío Carrasco en los últimos tiempos, declaraba entonces: «La convivencia ha durado tres años como mucho, pero hay que incluir en ello la separación de hecho dentro de la misma casa. La presencia de David era ya molesta en la casa de Rocío madre de Madrid. El trato con el servicio por parte de él era muy exigente, entraba y salía, y llegaba cuando quería».

Episodios de infidelidad

Rocío Carrasco, también hizo referencia en la Rota a las supuestas: «Estando yo embarazada de mi segundo hijo, estando veraneando en Chipiona, él tontea con unas y otras, y mantiene una relación con una camarera de un bar. Inicia contra mí un maltrato psicológico fuerte por estos motivos… Yo trataba de evitar aquello saliendo con él, aunque ya estaba muy avanzada en el embarazo».

Su tía, Gloria Mohedano, corroboraba estas palabras de su sobrina al admitir: «Se iban juntos a la playa, se venía ella sola en pleno calor, andando con la tripa, porque él no quería traerla sino que se quedaba allí con otra gente, donde había mujeres».

José Ortega Cano, Rocío Carrasco y Fidel Albiac, en el entierro de Rocío Carrasco./Gtres

José Ortega Cano, Rocío Carrasco y Fidel Albiac, en el entierro de Rocío Carrasco./Gtres

Las palabras en el Tribunal Eclesiástico de Juan de la Rosa también fueron cruciales al afirmar que: “Él salía de noche y volvía por la mañana. Esto lo vi yo. Alguna vez tuvo que dormir en el patio, metido en el coche, porque no se le abría la puerta».

La infidelidad de Antonio David también fue admitida por José Antonio Rodríguez: «Tuve una conversación con Antonio David para recriminarle su conducta. Él no me lo negó sino que me dijo: ‘Sé lo que tú harías, si se te pusieran dos buenas tetas delante’. Yo le respondí: ‘No sé lo que haría yo, pero contigo pasa lo que pasa con el que se salta el semáforo y lo cogen’. Esto fue en el jardín de la casa de Chipiona».

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