Palacio de Dueñas vs Liria: las grandes joyas de la Casa de Alba
Albergan una de las colecciones privadas más importantes del mundo del arte e incluye tapices, cuadros y documentos históricos.
La Casa de Alba es una de las de mayor tradición en nuestro país, siempre vinculada a la monarquía, que se remonta al siglo XIV y la entonces corona de Castilla. Con el paso de los siglos, esta familia nobiliaria ha ido incrementado su patrimonio hasta tal punto que, a día de hoy, se estima en unos 3.000 millones de euros, según la revista Forbes. Incluye una pinacoteca de gran valor con cuadros de Goya, El Greco y Tiziano pasando por Canaletto, entre otros muchos. Tapices del siglo XV y un fondo bibliográfico en el que destacan los manuscritos de Cristóbal Colón y los dibujos que realizó el navegante de la isla La Española. De entre todos los bienes, destacan dos grandes joyas: el Palacio de Las Dueñas, de Sevilla, y el Palacio de Liria en Madrid. Muy diferentes entre sí, tanto en su historia como en su arquitectura, ambos tienen en común el haber sido declarados Bien de Interés Cultural.
Jardines del palacio de Dueñas./Gtres
El palacio sevillano fue construido en el siglo XV y reformado a lo largo de los años. Su última remodelación tuvo lugar poco antes del fallecimiento de Cayetana de Alba, pues para que la duquesa pudiese salir a la calle se colocó un ascensor que iba desde la planta en la que se encontraba su aposento hasta la planta baja, que alberga dos espectaculares patios. En el edificio, famoso también por el nacimiento allí del poeta Antonio Machado, se pueden apreciar diferentes estilos arquitectónicos como el gótico, mudéjar y renacentista. Esta propiedad fue siempre uno de los lugares preferidos por doña Cayetana Fitz-James Stuart, pues allí vivió algunos de los momentos más importantes de su vida como su primera boda con Luis Martínez de Irujo y Artázcoz, en 1947, así como la tercera y última con Alfonso Díez, en 2011. Por ello, también lo eligió para su retiro y posterior muerte, el 20 de noviembre de 2014. Hoy pertenece a su nieto Fernando Fitz-James Stuart, duque de Huéscar, quien lo ha elegido para celebrar el bautizo de su hija, Rosario, nacida fruto de su matrimonio con Sofía Palazuelo.
Jardines del palacio de Dueñas./Gtres
Este monumento histórico tiene una superficie de 9.000 m2, nada que ver con las dimensiones del palacio madrileño de Liria que dispone de 3.500 m2 y 200 habitaciones. El Palacio de Las Dueñas debe su nombre a que estaba junto al Convento de Santa María de las Dueñas, fundado en 1248. Si bien su belleza interior resulta espectacular, por los numerosos salones, la capilla y las numerosas obras de arte, no hay que olvidar su exterior, con cuatro jardines, entre ellos el de los Limoneros. Nada más entrar en la propiedad podemos apreciar la plantación de naranjos, palmeras y arrayanes, que es la estampa que más veces se ha retratado del palacio andaluz.
Interior de una de las estancias del palacio de Liria./Gtres
En cuanto al Palacio de Liria, éste se ha convertido en residencia de Carlos Fitz-James Stuart y Martínez de Irujo, XIX duque de Alba y nueve veces grande de España. En la tercera planta se encuentran sus aposentos, que están cerrados a las visitas de público. Entre tapices de los gobelinos, porcelanas de Sèvres, cuadros de Velázquez, Goya, Zurbarán y Rubens, pasa su día a día el actual jefe de la Casa de Alba, quien ha visto como en ese escenario se han casado sus dos hijos, Fernando y Carlos. El Palacio, que se encuentra situado en pleno corazón de Madrid, es de estilo Neoclásico y fue construido en el siglo XVIII. Por esos salones han paseado políticos, escritores y artistas como Churchill y Roosevelt, Audrey Hepburn, Unamuno y Victoria Eugenia de Battenberg. Durante la Guerra Civil española sufrió muchos desperfectos, pero el palacio fue remodelado y hoy conserva la grandiosidad de la que puede presumir la Casa de Alba.