La mejoría de María Teresa, empañada por su soledad y por un giro de guion inesperado
La mano negra tras el último ataque a María Teresa Campos mientras ella «no está»
La sorprendente mejoría de María Teresa Campos en una de sus fechas más especiales
Las imágenes que confirman cómo se encuentra María Teresa Campos
María Teresa Campos, la última Semana Santa malagueña de la presentadora frente a los focos
María Teresa Campos vuelve a ser la protagonista indiscutible de nuevas y variadas noticias. A su reciente reaparición hay que sumarle un sensible cambio que afecta a su día a día y que este digital ha podido conocer de primera mano. Se ha hablado de una mejoría de su estado, de la cual informamos en exclusiva a comienzos de abril. Y es cierta.
Los problemas neurológicos y cognitivos de la comunicadora no le han impedido experimentar un avance esperanzador, tanto en lo físico como en lo mental. No hay que esconder que su deterioro es progresivo y difícilmente parable, pero el hecho de verla con lucidez suficiente para poder mantener una conversación con ella es algo que llena de felicidad y optimismo a quienes componen su círculo más íntimo.
María Teresa Campos, en una imagen de archivo / Gtres
Las pruebas de lo anterior se podían contemplar en las imágenes que la revista Semana llevaba a su portada. Éstas fueron tomadas durante una visita médica de María Teresa, acompañada por Terelu Campos. La presentadora del extinto Qué tiempo tan feliz caminaba por sí misma, aunque con la ayuda de su hija. Sí que llamaba la atención la silueta tan delgada que tiene actualmente y que es fruto de varios meses de apenas probar bocado, alimentándose de batidos y otros líquidos. La anemia que sufrió a comienzos de año le provocó un cuadro de deshidratación que afortunadamente ha dejado atrás. Incluso, sus personas de confianza se temieron lo peor: «El suero sólo sirve para mantenerla. Es muy difícil que la medicina la saque adelante. Le dan batidos y eso le mantiene más tiempo pero tiene deteriorado todo», nos contaban hace semanas.
En cualquier caso, su actualidad es otra bien distinta y a juzgar por la información que maneja este medio, hay motivos para ser optimista con ella. La consigna es clara: está todo lo mejor que puede estar. La novedad en este momento reside en un giro de guion inesperado y que está relacionado con las cuidadoras que Carmen Borrego y Terelu Campos eligieron para ella.
Carmen Borrego, María Teresa Campos y Terelu / Gtres
Corría el mes de febrero cuando las hijas de la periodista creyeron conveniente introducir a varias personas en el domicilio de su madre, que se turnarían en franjas horarias diferentes y compatibilizarían tareas con su asistenta de toda la vida y con Gustavo, su chófer y hombre de máxima confianza de la octogenaria. Carmen capitaneó el casting hasta elegir a las apropiadas, con el fin de que su progenitora estuviera atendida las 24 horas. Éstas hicieron su trabajo, pero con el paso del tiempo se ha propiciado un cambio que no estaba previsto.
María Teresa Campos cambia de cuidadoras
He ahí el quid de la cuestión. Look puede confirmar en EXCLUSIVA que María Teresa Campos ya no tiene las mismas cuidadoras que empezaron con ella hace tres meses. No han trascendido los motivos que han llevado a sus hijas a prescindir de ellas pero sí que hay una realidad manifiesta: hay dos nuevas personas cuidando de ella. Una se ha ido a su país de origen un tiempo y su regreso -si es que este se produce- es toda una incógnita. De este modo, existe la sensación entre sus allegados de que Teresa no se ha adaptado demasiado bien a ver a personas desconocidas en su casa día y noche, algo que es muy habitual en pacientes con un cuadro médico y una edad como la suya.
María Teresa Campos y Gustavo paseando / Gtres
Las apretadas agendas de Terelu y Carmen Borrego debido a su trabajo en Mediaset contribuye a que María Teresa Campos pase mucho tiempo sola en su casa, con la única compañía por la mañana de su conductor, asistenta y cuidadora de turno. No es ningún secreto que la malagueña necesita atención personalizada día y noche, así como una medicación específica que hay días que ni siquiera tolera bien. Un panorama que abre una pregunta sin respuesta por el momento: ¿Estaría mejor en un lugar indicado para ella bajo la supervisión de profesionales y acorde a sus necesidades?