Operaciones de estética

Linda Evangelista reaparece para enseñar las secuelas de la operación que la deformó

Linda Evangelista / Gtres
Linda Evangelista / Gtres

Han pasado cinco años desde que la modelo Linda Evangelista, una de las más icónicas de la historia de las pasarelas internacionales, se sometió a una operación de estética con el objeto de mejorar su físico. Acababa de cumplir los 50 y confió en los médicos para someterse a la criolipolisis, un tratamiento estético que elimina la grasa a base de enfriarla. El resultado no solo no fue el esperado sino que le provocó una enfermedad llamada hiperplasia adiposa paradójica, también llamada PAH en su por sus siglas en inglés. Empezó entonces una pesadilla en la que, a medida que se deformaban su rostro y su cuerpo, se hundía su estado de ánimo en una profunda inseguridad y tristeza que la llevaron a esconderse durante todo este tiempo. Ahora, Linda ha reaparecido para contar al mundo su drama y, sobre todo, mostrar el físico que tanto le avergüenza.

Así se ha dejado ver Linda Evangelista en su cuenta de Instagram. Una imagen que dista mucho de aquella espectacular modelo que enmudecía a todos con su belleza / Instagram

Así se quedó la cara de Linda Evangelista / Redes Sociales

La revista People ha sido la escogida por la modelo, de 56 años, para contar su historia. A través de un reportaje titulado ‘La pesadilla de mi procedimiento estético’, Evangelista muestra su estado físico actual a través de una sesión fotos en la que no esconde los estragos que la enfermedad ha dejado en su cuerpo y en su rostro. Y cuenta su historia. Un paso al frente que le ha costado muchos años dar pero para el que ha contado con el apoyo y empuje de algunas de sus grandes amigas, como la top Cindy Crawford. “Estoy harta de esconderme”, sentencia para empezar a relatar su calvario.

Linda Evangelista se sometió a un tratamiento de lipoescultura en 2016 con el fin de eliminar grasa de su rostro y de su cuerpo. No tardaron en salirle bultos en la zona del mentón, las piernas y el torso. Se trataba de un efecto secundario conocido como hiperplasia adiposa paradójica y se da un caso de cada 4000 tratamientos, según algunas estimaciones. «Los bultos son protusiones. Están duros. Si camino con un vestido sin faja, tengo rozadura hasta el punto de sangrar. Porque no es como si se roza una grasa blanca, es grasa dura», ha contado la modelo en su entrevista en People.

Más allá de los estragos físicos, la enfermedad desarrollada ha causado un grave perjuicio psíquico en la modelo, tal y como relataba ella misma el pasado mes de septiembre cuando dio a conocer su problema en su perfil de Instagram. «El PAH no sólo ha destruido mi carrera, me ha sumido en un ciclo de profunda depresión, honda tristeza, y en las más bajas cotas de autodesprecio. Me he convertido en una reclusa». Seis meses después, lo ha hecho en este reportaje que está dando la vuelta al mundo.

La modelo  Linda Evangelista

“Permanentemente deformada” y “brutalmente desfigurada” son solo algunas de las definiciones de sí misma con las que relataba al mundo las consecuencias de la intervención estética. «No me reconozco físicamente, pero tampoco me reconozco como persona. Ella, la supermodelo, se ha ido. No me miro en el espejo. No se parece a mí» eran sus duras afirmaciones tras dejar de esconderse.

Por todo ello, Evangelista ha interpuesto una demanda contra la empresa matriz de la compañía que fabrica los aparatos del tratamiento de lipoescultura al que se sometió, Zeltig, en la que les reclama 50 millones de dólares en concepto de daños. Noticia que daba ella misma en su Instagram el 23 de septiembre del 2021, cuando consiguió las fuerzas para dar un paso al frente. «Con esta demanda, intento pasar página para librarme de mi vergüenza, y hacer pública mi historia. Estoy tan cansada de vivir así. Me gustaría salir por la puerta de mi casa con la cabeza bien alta, a pesar de que ya no me parezco a mí misma”.

Linda Evangelista

Así era la cara de Linda Evangelista antes de someterse a la operación que ha arruinado su vida / Gtres

«Me encantaba estar sobre la pasarela. Ahora temo por encontrarme a alguien a quien conozco. No puedo vivir así más, escondida y avergonzada. No podía seguir viviendo con este dolor. Estoy finalmente dispuesta a hablar», y lo ha hecho alto y claro en las páginas de People, que ella misma reproduce en su perfil de Instagram. «No creo que los diseñadores quieran vestirme con esto”, añade mientras muestra sus bultos al fotógrafo.

Según el relato de la top model, cuando empezó a notarse los bultos, se volcó en hacer dieta y ejercicio hasta que su médico detectó lo que estaba sucediendo. “Me dijo que ningún tipo de dieta ni de ejercicio lo arreglarían jamás”. Entonces, el médico contactó con la empresa que había realizado la lipoescultura, que se ofreció a la pagarle una liposucción con uno de sus cirujanos a cambio de un contrato de confidencialidad por el que nunca contaría lo ocurrido. Linda, según explica, se negó y se ocupó ella misma de gestionar las dos intervenciones que se realizó con posterioridad. Ninguna funcionó. Los bultos y la enfermedad volvieron a salir.

Mostrar y contar su historia es solo el primer de la curación de la modelo. “No he terminado de contar mi historia y voy a continuar compartiendo mi experiencia para deshacerme de la vergüenza, aprender a quererme de nuevo y poder ayudar a otros en el proceso”.

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