Kiko Rivera y Agustín Pantoja, cita en Madrid
Agustín Pantoja y Kiko Rivera tenían una cita en Madrid esta semana. Tras la muerte de Ana Martín, madre del otrora cantante y abuela del Dj, tío y sobrino mantuvieron una breve conversación telefónica tras más de un año de ruptura total. No solo no se hablaban, sino que Kiko Rivera le interpuso una denuncia por apropiación indebida. La pérdida familiar les unía por un momento y abría una posibilidad a la reconciliación. La muerte de la “yaya” de la familia llevó al hijo de Isabel Pantoja de vuelta a Cantora tras un año de grave conflicto y ruptura. Este lunes ambos tenían una cita en Madrid. ¿Se vieron?
Agustín besa a su sobrino Kiko Rivera / Gtres
Kiko Rivera dejó claro su distanciamiento con su tío Agustín Pantoja con sus declaraciones en el especial televisivo Cantora, la herencia envenenada hace ahora un año. La ruptura con su madre fue pareja a la cruz que le hizo a su querido tío, referencia durante su infancia y adolescencia y una de las personas en las que más confiaba. En sus manos estuvo la gestión de su herencia paterna, en especial la gestión de la finca Cantora y la decepción que Rivera dice haber sufrido llegó a tal punto que decidió actuar judicialmente. A su madre le envió varios requerimientos notariales sin mucho éxito, pero no dudo en denunciar a su tío por apropiación indebida.
Kiko Rivera junto a su madre / Gtres
El Dj fue descubriendo algunos datos que levantaron sus sospechas. Fue una de las rupturas familiares más sonadas en los medios. Kiko Rivera, el hijo de Isabel Pantoja y Francisco Rivera Paquirri, quien siempre había defendido a la cantante a muerte y se había mostrado como orgulloso primogénito, retaba a su madre en público y le afeaba y reprochaba la pésima gestión que ha llevado de su herencia paterna. Entre toda la documentación que fue recabando, asesorado por profesionales, aparecieron contratos presuntamente irregulares, firmas que no debían haberse estampado y encabezamientos de acuerdos en los que claramente, según sus averiguaciones, le perjudicaban. Detrás de todo aparecía siempre un nombre con apellido Pantoja: Agustín. Kiko no daba crédito, según me explicaron hace ya meses, cuando afloraban los primeros indicios. Nada que ver con los poderes que le concedió para otras cuestiones. La pregunta que le martilleaba la cabeza era ¿Por qué? Pensar en su madre le dolía tanto que al entender que su tío Agustín tenía mucho que ver, y que nadie le daba explicaciones, decidió denunciarlo. Siempre hizo lo que le pedía. Confiaba en él y entendía que todo era por el bien de su madre y el suyo propio. Sin embargo, descubrió detalles que hubiera preferido no saber. Firmas exigidas en el día menos oportuno cuando, quizá, no se encontraba lúcido después de haber dormido poco y no entender lo que le ponían por delante; peticiones imposible de rechazar, en aras de ayudar y “salvar” a su madre y algunos contratos muy cuestionables. Kiko no lo dudó entonces, pero ahora duda. La muerte de su abuela, ver a su madre tan triste y desmejorada le ha hecho replantearse todo, tal y como él mismo declaró recientemente en la revista Lecturas. Su deseo es recuperar la relación.
Isabel Pantoja y Kiko Rivera / Gtres
De momento, y hasta donde sé, no ha retirado la denuncia a su tío, interpuesta en los juzgados de Chiclana. Desde el 30 de septiembre Kiko Rivera no ha vuelto a ver a su madre, aunque sí han hablado en alguna ocasión. La intención de reconciliarse en muy noble y lo mejor que le puede pasar a madre e hijo; al tío, también. Es lo mejor para la familia. Kiko solo quiere que liberen de cargas y deudas su mitad de Cantora. Sin embargo, la situación económica de la cantante es mala. Su falta de liquidez les preocupa, aunque siguen tirando adelante. El problema llega cuando, además de salvar el día a día, los acreedores hacen cola en tu puerta y no hay ingresos a la vista. A la reclamación judicial de Loli Pozo, la sevillana octogenaria a quien debe 76.000 euros que le prestó de sus ahorros, Isabel Pantoja se encuentra con, al menos, 2 reclamaciones más: la de un empresario sevillano que ya la ha demandado y la de otro amigo, afincado en Madrid, que, en su momento le prestó un cantidad superior a los 200.000 euros. Pretenden negociar con este último. Desconozco el trato. La deuda se remonta a la época de Isabel con Julián Muñoz. Es, de nuevo, Agustín, el hombre que negocia en su nombre. Esa fue su cita en Madrid. Los dos en la misma ciudad, pero no se vieron. Kiko, por su parte, andaba con asuntos de música y su último videoclip.