Isabel Pantoja contra las cuerdas: la tonadillera se vuelve a sentar en el banquillo de los acusados
La vida de Isabel Pantoja dio un giro de 180 grados el día que se hizo público su distanciamiento con su hijo, Kiko Rivera. Ocurrió en octubre de 2020 tras una entrevista del DJ en Sábado Deluxe. Desde entonces, madre e hijo están inmersos en una contínua guerra mediática que parece no tener fin. A esto se le suma la muerte de su madre, doña Ana, que falleció el pasado mes de septiembre tan solo unos días antes de que se celebrara la boda de Anabel Pantoja con Omar Sánchez en La Graciosa.
Isabel Pantoja, con unas enormes gafas de sol saliendo del Juzgado Penal de Madrid./Gtres
Complicado momento que volvió a unir a Isabel y al cantante, pero fue por unas horas, ya que no han conseguido acercar posturas pese al trágico desenlace de la matriarca del clan. Ahora, la intérprete de Marinero de luces se enfrenta a un trágico momento que ya vivió años atrás. Suceso del que nunca se pronuncia, ya que le produce dolor ahondar en los recuerdos de cuando pasó un tiempo en la cárcel de Alcalá de Guadaira, en Sevilla.
Isabel Pantoja junto a su abogado, José Ángel Galán en su salida del juicio por el caso Malaya en Málaga./Gtres
La tonadillera tiene que declarar este martes en el Juzgado de lo penal número 5 de Málaga. De esta manera, se enfrenta a un nuevo juicio por un supuesto delito de insolvencia punible que habría cometido su sociedad Panríver por la venta de la casa de La Pera en 2015. El fiscal ha realizado una petición de hasta tres años de prisión para la cantante.
Con este acontecimiento, la viuda de Paquirri removerá a los fantasmas del pasado, ya que tendrá que volver a enfrentarse a un juicio que podría hacer recordar a los años en los que fue juzgada por el famoso caso Malaya.
Isabel Pantoja durante la presentación del programa de ‘Idol Kids’./ Gtres
Isabel Pantoja fue condenada a dos años de prisión por blanqueo de capitales en marzo de 2006 y entró en prisión en noviembre de 2014. Lo hizo con un rostro visiblemente afectado y con un ejército de medios de comunicación alrededor de las inmediaciones de la prisión de Alcalá de Guadaira, situada en Sevilla. En aquella ocasión, la artista lució unas enormes gafas oscuras para evitar mostrar mucho el reflejo de lo que sentía al tener que decir adiós a su libertad. El 2 de marzo de 20016 y tras firmar su permiso para disfrutar de la ansiada libertad provisional, Isabel abandonó las instalaciones penitenciarias donde había pasado casi dos años.
Sin duda, una de las épocas más duras que ha tenido que vivir la arista hasta la fecha y que, sin embargo podría volver a repetirse si la sentencia por la que se le acusa así lo dictamina. No acudirá sola a la vista, ya que a su aldo se encuentra su inseparable hermano, Agustín Pantoja, con quien comparte casa en la finca de Cantora, tal y como reveló este fin de semana José Antonio Avilés en Viva la Vida.