Desastre con morbo: ‘La familia de la tele’ debuta entre los ecos de ‘Sálvame’ con Rocío Carrasco e Isa Pi
'La familia de la tele', el nuevo buque insignia del entretenimiento en RTVE se ha estrenado este lunes, 5 de mayo
Desde el arranque, 'La familia de la tele' ha dejado al descubierto más desajustes de los que se esperaban
Rocío Carrasco ha reaparecido en el estreno de 'La familia de la tele'


Lo de La familia de la tele, el nuevo buque insignia del entretenimiento en RTVE, tenía toda la pinta de querer ser una declaración de intenciones: «somos otros, estamos en la pública y venimos a hacer televisión diferente». Pero tras su accidentado estreno este 5 de mayo -fecha cargada de simbolismo para los nostálgicos de Sálvame-, lo único claro es que, si esto es el futuro, el pasado está más presente que nunca. Desde el arranque, el programa dejó al descubierto más desajustes de los que se esperaban para un estreno de esta magnitud. Empezando por un desfile inaugural que se suponía festivo y glamuroso, pero que acabó siendo una suerte de carroza pride pasada por agua. Literalmente.
La lluvia deslució el espectáculo, pero no fue lo único que caló: nervios, prisas, errores de conexión, planos congelados y sonido ausente en momentos clave dejaron claro que el estreno estuvo más marcado por la improvisación que por la planificación. Por si fuera poco, los colaboradores, en lugar de llegar al plató como grandes figuras, lo hicieron como si estuvieran participando en una gymkana urbana. RTVE no les proporcionó transporte desde Torrespaña hasta Prado del Rey, y algunos se vieron obligados a improvisar: Lydia Lozano tuvo que pedir un taxi a cámara, mientras que Víctor Sandoval optó por hacer autostop. Una performance (in)voluntaria que, sin duda, habría sido un éxito en cualquier reality de supervivencia.
Los colaboradores y presentadores de ‘La familia de la tele’. (Foto: Gtres)
Reencuentros que valen su peso en morbo
En medio de tanto caos, RTVE apostó por lo que sigue funcionando: el morbo del reencuentro. Y no se andaron con rodeos. Isa Pantoja, Marta Riesco y Chelo García Cortés compartieron plano al ritmo de Garlochí, mientras que Rocío Carrasco también volvió a coincidir, aunque de manera fugaz y atropellada, con la ex de Antonio David Flores. Un reencuentro que, más que un momento cargado de tensión, resultó una escena que dejaba claro que el programa quería mostrar, por encima de todo, que estaba dispuesto a explotar cualquier conflicto pendiente. Vamos, que el ambiente tenía más de «¿te acuerdas de mí?» que de una reconciliación genuina.


Rocío Carrasco y Marta Riesco en el desfile de ‘La familia de la tele’. (Foto: Gtres)
Rocío Carrasco se presentó de manera fugaz, inicialmente caracterizada con un enorme cabezudo, cruzó la pantalla rápidamente y se esfumó casi sin dejar rastro. Fue un cameo atropellado que no sólo deslució lo que podía haber sido un momento de impacto, sino que también dejó entrever cierta improvisación en la escaleta. A esto hay que sumar las caras de desconcierto de Marta Riesco, que no sabía muy bien cómo reaccionar ante el encuentro tan frío y apresurado de ambas. «Lo que es la vida», le ha dicho la reportera. «Esta es mi familia ¿Ya me puedo ir?», ha respondido la colaboradora dando así por concluida su intervención, mientras se confirmaba su incorporación como colaboradora del nuevo formato.
¿La nueva RTVE o el viejo Telecinco?
Aquí llega el tema que no se puede pasar por alto: La familia de la tele prometía desmarcarse de Sálvame y ofrecer algo diferente, más coral, más moderado, más institucional. Pero tras ver el estreno, la sensación es que es el mismo perro con distinto collar (y esta vez financiado con dinero público). Los fichajes, en su mayoría, son viejas glorias del universo Sálvame. A las ya conocidas Belén Esteban, María Patiño, Víctor Sandoval, Chelo García Cortés o Kiko Matamoros, se suman nombres como los de Nuria Marín, Laura Fa, Carlota Corredera o Jesús Sánchez Martos. Un elenco que no engaña: el rastro de Telecinco está por todas partes.


Lydia Lozano en el desfile de ‘La familia de la tele’. (Foto: Gtres)
Si a todo esto le añadimos el tono sentimentalón, los enfrentamientos previsibles, los reencuentros con cuentas pendientes y las exclusivas prometidas, el resultado es una versión más o menos disfrazada del formato de Telecinco. La apuesta por el morbo se mantiene intacta, y, por si alguien dudaba de su presencia, también hay hueco para el clásico chuminero de Lydia Lozano, que no pudo evitar ofrecer su dosis de desvaríos para mantener a la audiencia en vilo. Y ojo: no es que el formato esté mal per se, pero ¿es lo que se esperaba?
¿Qué queda después del naufragio?
Sea como fuere, lo cierto es que el estreno de La familia de la tele ha dejado una imagen confusa. RTVE se enfrenta a una paradoja: quiere atraer a la audiencia nostálgica de Mediaset, pero sin mancharse las manos con los excesos de Sálvame. El problema es que, de momento, ha conseguido lo peor de ambos mundos: el tono de lo anterior con la rigidez de lo institucional. Y las redes sociales no perdonan. Se habla de «vergüenza ajena», de «Sálvame tuneado», de «mediocridad»… Y quizá lo más preocupante: muchos espectadores de RTVE se preguntaron si este es realmente el tipo de contenido que debería financiarse desde lo público.
«¿Pero cuándo acaba esto? Cuatro horas de cabalgata bajo la lluvia para esto», «Se han gastado 5 millones de euros en esto», «Esta vergonzosa cabalgata de cuatro horas es el triunfo de la mediocridad, del enchufe, del politiqueo», son algunos de los comentarios que se pueden leer en X (antes Twitter).










