Detrás de la campeona: la compleja relación de Serena Williams con su padre Richard
Serena Williams ha sido galardonada con el pemio Princesa de Asturias de los Deportes 2025
La tenista alcanzó la cima del tenis mundial gracias a la disciplina y visión estratégica de su padre, Richard Williams
La relación con su padre ha sido compleja, marcada por exigencia extrema y conflictos emocionales


Serena Williams, una de las deportistas más icónicas de la historia del tenis, ha sido galardonada con el premio Princesa de Asturias de los Deportes 2025, un reconocimiento que celebra no solo su impresionante trayectoria deportiva, sino también su influencia fuera de las pistas. La ceremonia tendrá lugar este 24 de octubre, y sirve como momento perfecto para reflexionar sobre la compleja y a veces polémica relación que la extenista mantiene con su padre, Richard Williams, pieza clave en su vida y en la de su hermana Venus.
Desde muy temprana edad, Serena y Venus estuvieron bajo la intensa supervisión de Richard, un hombre que convirtió la exigencia y la disciplina en herramientas para forjar a futuras campeonas. Tal como se relata en la película King Richard, Richard no dudaba en entrenarlas largas horas, bajo la lluvia o en la oscuridad, con la convicción de protegerlas de los peligros de Compton y de preparar sus cuerpos y mentes para la élite del tenis mundial. Esta dureza extrema, que él defendía con vehemencia -«¡ese es nuestro trabajo, mantenerlas alejadas de estas calles!»- generó críticas desde múltiples frentes, cuestionando su ética y su manera de criar a sus hijas, pero Serena siempre ha reconocido que esas enseñanzas fueron determinantes para su éxito.
Serena Williams durante una conferencia. (Foto: Gtres)
El plan de Richard fue meticuloso incluso antes del nacimiento de Serena: un documento de 78 páginas detallaba cómo llevaría a sus hijas a la cima del tenis. Su control abarcaba desde la educación hasta la selección de entrenadores y el manejo de cada torneo. Sin embargo, este mismo control ha sido fuente de tensiones a lo largo de los años. Serena ha compartido que, pese a las acusaciones de manipulación y excesiva exigencia, siempre comprendió que la motivación de su padre era protegerla y prepararla para un mundo competitivo, muchas veces hostil y racista. Como ella misma ha declarado, «era importante para nosotros decir la verdad y la protección que mi papá tenía a mi alrededor… era mi papá, era mi mamá, era nuestra familia».
Aun así, la relación no ha estado exenta de momentos difíciles. Un episodio que marcó su vínculo ocurrió el día de su boda en 2017, cuando Richard decidió no acompañarla hasta el altar, enviándole un mensaje de texto apenas una hora antes. Serena, con madurez y comprensión, decidió caminar sola, entendiendo los problemas de salud y emocionales que atravesaba su padre. Este episodio, lejos de fracturar su relación, refleja la complejidad y la humanidad de su vínculo: una mezcla de amor profundo, exigencia y, en ocasiones, distancia emocional.


Richard Williams con una cámara de fotos. (Foto: Gtres)
Con el tiempo, Serena ha demostrado que la influencia de su padre se fusionó con la guía espiritual y la firmeza de su madre, Oracene Price. Juntos, Richard y Oracene inculcaron valores como la independencia, la humildad y la resiliencia, formando no solo campeonas, sino también mujeres capaces de liderar fuera del deporte. Serena ha sabido trasladar estas enseñanzas a otras facetas de su vida: maternidad, activismo en salud materna y emprendimiento con Serena Ventures, siempre destacando la importancia de la autenticidad y la visibilidad de las mujeres afroamericanas en ámbitos tradicionalmente dominados por hombres.
A pesar de los conflictos y malentendidos que pudieron surgir con su padre a lo largo de los años, Serena mantiene hoy un vínculo cercano con él. Pruebas de ello son los gestos cotidianos, como compartir momentos familiares con su hija Olympia o publicar en redes sociales videos de Richard interactuando con su familia, llamándolo con cariño «papá» y reconociendo su rol como el G.O.A.T., el mejor de todos los tiempos. Esta mezcla de respeto, admiración y cierta distancia emocional caracteriza una relación que, aunque complicada, ha sido crucial para forjar la tenista que Serena Williams llegó a ser: una atleta indomable, una madre dedicada y una líder inspiradora.