Ana Peleteiro: «Yo era un juguete roto»

Ana Peleteiro, flamante medallista de bronce en triple salto femenino, habla con OKDIARIO tras el mayor logro de su carrera. Reconoce que lo ha pasado muy mal por la incertidumbre y por conseguir la medalla por apenas tres centímetros de diferencia.

«Me duele la cara de tanto pegarme para sacar la rabia», admite al mismo tiempo que reconoce que se ha hinchado a rezar antes, durante y después de cada salto. La gallega es pura dinamita con un micrófono delante. Sencilla, directa y muy clara, como todos los deportistas deberían ser.

Pregunta: ¿Tiene más mérito el bronce habiendo batido dos veces su propio récord de España?

Respuesta: Si te soy sincera, de lo último que me acordaba era del récord de España. No lo tenía en mente. Mi entrenador –la leyenda Iván Pedroso– me dijo que hoy venimos aquí a por una chapa. Ese era el objetivo y lo hemos conseguido. Imposible is nothing.

P: Cuéntenos su celebración con la campeona olímpico y nueva recordman Yulimar Rojas…

R: Le tengo muchísimo cariño, nos hemos peleado en el entrenamiento, nos hemos picado, reído… Si he llegado hasta aquí ha sido gracias a ella. De verdad que yo no sería la deportista que soy ahora. Ella es el ejemplo de salir de la pobreza absoluta, de venir sin absolutamente nada para luego llegar a la gloria absoluta. Ella ahora tiene que disfrutar de lo que ha conseguido y si no quiere volver a entrenar hasta enero tiene todo el derecho del mundo. Haber competido contra ella engrandece mi medalla porque ha sido una final en la que ha habido un récord del mundo y se ha tenido que saltar un montón. Ella lleva sin ver a su familia desde diciembre y ella se ha sacrificado por mucho que la gente se piense que es un talento. Los talentos hay que trabajarlos y mucho. Tengo la suerte de poder decir que soy su amiga.

P: ¿Cómo va a celebrar esto? ¿Quizá una temporada sin saltar?

R: Yo ahora me merezco unas vacaciones, mi cuerpo está al límite y necesito descansar. Me duele el cuerpo, la cabeza y todo de aguantar a Iván, así que me despido de él hasta septiembre. No voy a hacer Diamond League porque el sistema es una puta mierda y hay que hacer eso de no ir para que espabilen y cambien el sistema. Voy a verla en casa relajada. Que vayan otras y se maten otras.

P: ¿Qué importancia tiene Iván en todo este éxito?

R: Iván ha sido la persona que confió en mí y me sacó de la mierda más absoluta. Yo era una niña que pesaba 65 kilos, me sobraba grasa por todos lados, que era un talento, pero a la vez un juguete roto. Por suerte, confió en mí y me agarró y me dijo ‘no sé si será ahora, en unos meses o en unos años pero vamos a hacer algo grande juntos’. Él siempre tiene en la cabeza eso y este equipo ha ido a la guerra.

Yo tengo un papel en este equipo y soy la que da problemas porque no me callo. Me gusta solucionar las cosas y a veces eso es bueno y malo. Yuli es la loca, que trae un megáfono de 10 kilos y te hace feliz en la pista con sus cosas.

P: ¿Le puede cambiar la vida esta medalla?

R: Es algo que hablaba con las compañeras de habitación y es una cosa que me decía mi pareja Nelson Evora –campeón olímpico en 2008– que me podía cambiar la vida. Ojalá que la gente en España lo haya vivido con la misma intensidad que yo, que hayan podido disfrutar de la misma forma porque mi mayor regalo es ese, que la gente vea atletismo, que se enganche, que esto es la puta hostia y que mola mucho.