La eliminatoria del Real Madrid ante el Manchester City dio un giro de 180 grados en el momento en el que los blancos se pusieron por delante. El conjunto madridista no supo controlar su superioridad en el marcador y el partido -y parte de la eliminatoria- terminó escapándoseles. Mucha de la responsabilidad está en las decisiones tomadas por Zidane antes y durante el partido. Algo que no es la primera vez que pasa y que se está convirtiendo en costumbre.
El técnico madridista ha pasado de que todo le funcionase siempre a la perfección a ver como sus decisiones le salen caras. La flor parece empezar a marchitarse, después de varios descalabros recientes de los blancos que han hecho que se les tuerza la temporada en cosa de tres semanas. De apuntar al triplete a arriesgarse a quedarse sin título alguno en mayo en apenas tres semanas.
Ante el City, llamó la atención la alineación con la que partía el Real Madrid. El técnico se dejaba en el banquillo a Kroos, algo incomprensible a no ser de que tuviese cualquier tipo de molestia. El alemán es de lo más reseñable del conjunto blanco en este curso, pero una decisión técnica le dejó fuera del partido más importante de la temporada. Su lugar lo ocupaba Isco, que a la postre abriría el marcador.
Con el 1-0, no se entiende que el francés no buscase protegerse. Los ingleses darían un paso adelante, como así hicieron, y sin embargo el técnico se olvidó de reforzar su medio campo. Era un buen momento para optar por los cinco centrocampistas o por introducir a Lucas, para ayudar en los ataques por la banda de Sterling. La decisión de Zidane, sin embargo, fue la de quitar a Vinicius, con calambres, y meter a Bale.
El City empató, se vino arriba y acabó condenando al Madrid por culpa de las ‘zidanadas’, que impidieron contrarrestar las variantes de Guardiola. No es la primera vez que se dan, pues en los últimos partidos del Real Madrid están siendo habituales.
Eliminados de la Copa y por detrás del Barça
Todo eran sonrisas en el Bernabéu hasta hace bien poco. Los blancos buscaban las semifinales de la Copa del Rey ante la Real Sociedad a primeros de febrero y entonces Zidane optó por revolucionar el once. Sin motivo aparente, el técnico introducía siete cambios respecto a lo visto días atrás ante el Atlético de Madrid, entre ellos tres defensas titulares y a Casemiro. El resultado: 0-3 en 55 minutos y eliminados al terminar cayendo 3-4.
En Liga, el conjunto madridista ha sembrado las dudas después de un empate y una derrota en los últimos dos partidos. Los dos han contado también con experimentos nada comprensibles del técnico. Ante el Celta jugó con Marcelo, al que acabó dejando de extremo al meter a Mendy por Bale, obligó a Vinicius a jugar en la derecha, donde desaparece por completo, mientras que quitó también a Kroos. Los vigueses empataron en el descuento.
Ante el Levante no varió mucho el once, pero porque no podía. El técnico se dejó a varios de sus revulsivos en casa. Ni Jovic, ni Rodrygo ni Bale viajaron con el equipo y la lesión de Hazard y el gol tardío del Levante le dejaron sin capacidad para reaccionar y darle la vuelta al resultado. Los blancos cayeron y perdieron también el liderato, a una semana del Clásico.