Pep Guardiola se quedó perplejo ante otra remontada del Real Madrid al Manchester City. El conjunto blanco le dio la vuelta en siete minutos a un partido que se le complicó en el 80′, después de que Erling Haaland transformara un penalti para poner el 2-1. Pero entonces apareció el Madrid de siempre, el de las grandes noches, el de la Champions, para darle la vuelta de forma agónica y poner el 2-3 en el tiempo de descuento por medio de Brahim y Bellingham. Y la cara de Guardiola fue un poema.
El entrenador del Manchester City, desde la banda, escupía al suelo tras ver como los blancos le daban la vuelta al partido en el tramo final. Algo que ya pasó en 2022, cuando Rodrygo hizo un doblete en el Bernabéu en dos minutos para forzar una prórroga en la que terminarían culminando la clasificación a la final los madridistas y tras la tanda de penaltis del pasado curso en la que firmaron su pase a semifinales en el Etihad.
En esta ocasión, el Real Madrid conseguía cerrar su primera victoria en el estadio del Manchester City. Lo hacían con otra nueva remontada. Otra noche mágica, aunque esta vez fuera del Bernabéu. En Mánchester, los de Ancelotti lograron otra victoria agónica en un partido en el que merecieron ganar bien, pero en el que perdonaron y recibieron un duro castigo por parte del City.
Los skyblues consiguieron un premio enorme con muy poco. Nada menos que ponerse 2-1 a sólo 10 minutos para el final del partido. Todo apuntaba a que se llevarían un triunfo en el peor partido que se les recuerda contra el Real Madrid en toda la era Guardiola. Pero no. Apareció el aura de siempre, la magia de las grandes noches de Champions, para cambiarle la cara al técnico del Manchester City. Se quedaba con la miel en los labios en catalán y abatido, de nuevo, por su histórico rival.