César Soto Grado se comió un penalti de Aitor Ruibal sobre Rodrygo Goes en el área del Betis, pero el pisotón no fue suficiente ni siquiera para que Jaime Latre lo revisara en el VAR una vez terminada la jugada. El brasileño, que era la principal referencia en ataque del Real Madrid, controló dentro del área y al irse hacia dentro para buscar disparo fue pisado descaradamente por el lateral derecho español, que también le tenía agarrado.
Todo sucedió en el minuto 9 del partido de la Liga EA Sports en el Benito Villamarín. Acto seguido, Rodrygo se quedó sentado sobre el césped varios segundos a la vez que protestaba el penalti no pitado por Soto Grado en el área bética y además se las tuvo con Ruibal, al que le recriminó su acción poco deportiva. Justo antes, el delantero del Madrid había tenido una ocasión clarísima de gol tras recibir un pase en largo perfecto de Antonio Rüdiger en una jugada muy similar.
Como el colegiado riojano no señaló la pena máxima, el Betis salió al contraataque y estuvo a punto de hacer el primero. Pudo ser obra de Isco Alarcón, que recibió completamente solo en el área del Madrid, pero se trastabilló con sus dos pies y acabó chutando muy desviado de la portería de Andriy Lunin.
A los pocos minutos, Rodrygo volvió a protagonizar otra jugada clave de la primera parte en Heliópolis. El brasileño recibió en fuera de juego dentro de la zona de peligro y combinó a las mil maravillas con Jude Bellingham. Brahim Díaz acabó anotando a placer, pero el gol fue invalidado por la posición ilegal del ’11’ blanco. Ahí sí, Soto Grado y el VAR estuvieron atentos para anular rápidamente el que podría haber sido el primer gol del Madrid.
Ruibal no sólo estuvo agresivo con Rodrygo
Rodrygo fue el jugador más participativo de los de Carlo Ancelotti durante todo el primer tiempo en Sevilla. Además del penalti no pitado y del fuera de juego, el brasileño tuvo un 100% de acierto en el pase, regateó y se marchó hasta en cinco ocasiones de su marcador y ganó seis duelos. Su jugada más bonita fue un caño a Germán Pezzella dentro del área verdiblanca.
Ruibal siguió haciendo la guerra por su cuenta y en la segunda parte le propinó una patada feísima con los tacos a Ferland Mendy, por la que no vio ni tarjeta amarilla. Precisamente el español fue el autor del empate. El jugador del Betis marcó un golazo por la escuadra para igualar la increíble diana con la que Bellingham abrió el marcador unos minutos antes. En el minuto 77, Ruibal por fin vio la cartulina amarilla por otro duro pisotón sobre Rodrygo.