Soldado: «En el Madrid fui un niñato, me creía más grande que Beckham»

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Roberto Soldado celebra un gol con Raúl al fondo. (AFP)

Roberto Soldado ha tenido una gran carrera en el fútbol español. Internacional con España y buen goleador durante la mayor parte de su carrera, el ariete se sinceró en una entrevista en The Guardian donde deja claro que en Real Madrid le faltó profesionalidad y que le perdió la fiesta y la mala vida.

«Peso siete kilos menos que en el Madrid. Veo fotos mías y me siento avergonzado. Yo era un niñato. Había jugadores como Figo, Zidane, Raúl, que eran súper profesionales. Pero me fijaba en otros… Seguí lo que no debería haber seguido», dijo el actual jugador del Granada.

A sus 34 años, Soldado mira hacia atrás y recapacita sobre su comportamiento. Jugó dos temporadas de blanco logrando anotar dos goles, pese a haber sido una tremenda estrella en el Castilla. «Cada uno debe asumir la responsabilidad de sus actos, saber qué es apropiado y qué no, dónde están los límites. Salía pensando que era más grande que Beckham. No estaba mentalmente preparado; mi cabeza no estaba lista. Es difícil. Me gustaría haber tenido la oportunidad de jugar para ese Madrid al 100%. Miro hacia atrás y pienso: ‘Qué niñato era’. Alguien debería haberme agarrado, darme una bofetada y decirme: «¿Qué estás haciendo?», explicó el futbolista con mucho arrepentimiento.

Soldado se muestra muy agradecido a su familia por haberle sacado de una vida que no le hubiese dejado mostrar el potencial como futbolista que luego exhibió especialmente en el Valencia, donde anotó 82 goles en tres temporadas. «No me estaba cuidando en el Madrid, comía mucho. Miro las fotos y pienso: ¿cómo iba a jugar con Los galácticos en esa forma? Si me hubiera cuidado mejor, hubiera tenido la madurez, tal vez habría tenido más oportunidades. Esa idea me persigue. A los 17 o 18 años, a la 1 de la madrugada alguien decía ‘¿por qué no vamos a tomar una copa?’ Yo era el primero en prepararme para salir. El Madrid contactó a mis padres. Mi padre se tomó un permiso de dos años, vino a Madrid y estableció los límites. Luego me mudé con un amigo que ahora está aquí en Granada. Era más concienzudo. Y fue entonces cuando conocí a mi esposa, que resolvió todo», añade.

El jugador no tiene dudas de que el ambiente en la capital de España puede llegar a ser muy tóxico para un futbolista. «Sabía que había ido demasiado lejos, sobrepasado el límite. Conocí a mucha gente en Madrid por salir. Ellos podían llevar esa vida porque no eran futbolistas profesionales, no tenían que jugar para el Madrid. Al final, lo entiendes: ‘Tú, sal si quieres, yo tengo algo más que hacer’. Afortunadamente, mis padres y mi esposa estaban allí para ponerme en el camino correcto. Fue un buen trabajo», zanjó.

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