Cuando De Burgos Bengoetxea señaló el final del partido, la euforia invadió a todos los integrantes del Barcelona. Futbolistas, técnicos, médicos y el staff al completo saltaron al terreno de juego para festejar la Copa del Rey ganada al Real Madrid. Fue en ese momento cuando Lamine Yamal, amigo de cualquier celebración, pasó a copar todos los focos.
Ya lo había hecho cuando el balón estaba en movimiento con dos asistencias y después, con el título bajo el brazo, dio rienda suelta a su alegría natural. Se atavió con dos pares de gafas de sol, uno bien colocado y otro situado en la parte superior de la cabeza. A ello hay que añadir el nuevo color de su pelo, teñido de amarillo para la ocasión.
Así subió a recibir la medalla de campeón y así atendió a Barça One, donde se mostró eufórico y desveló una conversación que tuvo con Araujo. «Si marcaban un gol no pasaba nada, si marcaban dos tampoco. Este año no pueden con nosotros y se ha demostrado», le dijo el canterano al uruguayo. La realidad es que, declaraciones aparte, los datos avalan el argumento de Lamine Yamal.
Los tres Clásicos de esta temporada se han saldado con victoria azulgrana y en dos de ellos, en Supercopa (2-5) y Liga (0-4), se ha visto gran superioridad del equipo de Flick. Más igualado estuvo el choque de final de Copa del Rey, una oda al fútbol que se inclinó para el Barcelona en la prórroga, cuando Koundé anticipó a Brahim y batió a Courtois con un disparo seco ajustado al poste.
«Las piernas pesan, pero el escudo pesa más. Se tenía que luchar hasta el final y hemos tenido la recompensa. Ha sido un partido en el que empezamos muy bien, pero luego ellos nos apretaron porque tienen jugadores de gran calidad. Hemos celebrado un poco, esta noche un poco más y luego a pensar en el Inter. Me alegro por todos los culés que han venido a Sevilla. Estoy muy contento del equipo y del club que tenemos. Ha sido una final en la que ha habido de todo», añadió Lamine Yamal.