El croata, en su segunda juventud

El secreto de Modric para detener el tiempo

Camino de los 37 años y con casi 3.000 minutos esta temporada en sus piernas -sólo en partidos con el Real Madrid-, el centrocampista croata maravilla al mundo por su calidad y su capacidad de rendir hasta el último momento. Talento, alimentación y pasión son las claves de su éxito

Modric sacó su varita mágica para servirle el gol a Rodrygo

Las notas del Real Madrid contra el Chelsea: Luka Modric es eterno

Luka Modric
Luka Modric (Getty)

Luka Modric fue elegido como el MVP del partido entre el Real Madrid y el Chelsea en el Santiago Bernabéu, con el que los blancos sellaron el pase a la semifinal de la Champions League. A sus 36 años, el centrocampista croata es un líder indiscutible en el campo, capaz de rendir hasta el último segundo, arengar a sus compañeros y sacar oro de sus botas, como el pase que le dio a Rodrygo y que propició la remontada de los blancos para seguir su sueño en Europa.

Pero, ¿ cómo hace Luka Modric para rendir a ese nivel? El secreto está en cómo se cuida y en esa pasión que tiene por el fútbol como si estuviera en sus primeros años de carrera. El centrocampista cuida al detalle su físico para no perder la forma. Tiene un índice de grasa del 8’3, sólo un punto más que otro fuera de serie a la hora de cuidarse, Cristiano Ronaldo. Pesa alrededor de 66 kilos e intenta no sobrepasar nunca la barrera de los 67-68.

Para ello sigue la paleodieta, una forma de alimentación que conoció de la mano de Zinedine Zidane y que siguen otros deportistas como Marcos Llorente.  Ésta se basa en alimentos como: carnes magras, pescado, frutas, verduras, frutos secos y semillas. Aunque el croata también se permite de vez en cuando ciertos caprichos. Además, no descuida su entrenamiento ni siquiera en periodo de vacaciones, para no perder su condición física. También complementa el fútbol con otros deportes, como la natación o montar en bicicleta.

Camino de los 37 años, Luka Modric no deja de maravillar al mundo por su calidad y su gran rendimiento físico. El croata, con más de 2.800 minutos en sus piernas esta temporada, sin contar con los que ha estado con Croacia, rindió desde el minuto uno hasta el último segundo de la prórroga en el Santiago Bernabéu. Fue el artífice de la remontada ante el Chelsea. No bajó los brazos en ningún momento, al contrario, sacó una parábola prodigiosa para asistir a Rodrygo, un gol que logró forzar la remontada. A partir de ahí se dedicó a dar instrucciones a sus compañeros, a animarlos, a contagiarlos de ese espíritu de lucha y a pelear por cada balón hasta conseguir el objetivo: seguir en la Champions League.

La grada coreó una vez más su nombre, rendida ante un jugador que siempre tendrá su sitio en el corazón de la afición madridista. «Es una noche increíble otra vez, un partidazo en el Bernabéu, una derrota que sabe muy dulce, hemos sufrido, pero no nos rendimos hasta el final. Es un orgullo tremendo escuchar al público gritando mi nombre, agradezco el cariño. Desde el primer día que llegué aquí, intento devolverlo en el campo ayudando al equipo y ganando partidos», explicaba después el 10 blanco a los micrófonos de Movistar.

 

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