«Valverde entiende que no es un extremo, pero maneja bien la posición. Sigo pensado que es un mediocentro muy bueno con una línea de tres, pero en esta zona nos ayuda mucho en defensa. Ahora vuelve Rodrygo, que tiene mucha calidad y nos puede ayudar. El equipo va a jugar distinto con él». Así respondía Ancelotti en la sala de prensa de Balaídos minutos después de ganar al Celta cuando era preguntado por Federico Valverde. El italiano, siempre cristalino en sus declaraciones, reconocía el gran trabajo que está desarrollando el uruguayo en una posición que no es la suya, pero tampoco se olvidaba del carioca, que se ha perdido las dos primeras jornadas de Liga por culpa de la sobrecarga que sufrió justo antes del duelo ante el Almería. Sí estará ante el Espanyol.
El problema, bendito problema por otra parte, que tiene por delante Ancelotti es ser capaz de encajar a los dos en el once. Valverde está brillando jugando de extremo y su confianza crecer partido a partido, pero nadie esconde que esa no es su posición ideal. Fede donde mejor se siente es en el centro del campo, por delante del pivote y desplegando toda la potencia física que tiene. El uruguayo se ha adaptado a la perfección al ataque y Ancelotti se lo agradece, pero su futuro pasa por la medular, donde realmente puede brillar convirtiéndose en uno de los mejores.
Por otro lado, Rodrygo está ante una temporada muy importante. La que tiene que ser la de su explosión definitiva y Ancelotti lo sabe. Si el año pasado ya fue capital asumiendo el papel de actor secundario, este curso está llamado a ser protagonista. El italiano tiene claro que le debe dar minutos y la banda derecha está hecha para él.
Por lo tanto, Ancelotti, más que un problema, va a tener soluciones a partir de la tercera jornada de Liga. Con el regreso de Rodrygo los blancos ganan en poderío ofensivo, mientras que Valverde puede regresar al centro del campo, donde dará relevos a Modric y Kroos. Lo que parece evidente es que los dos van a tener un papel protagonista esta temporada.