El Real Madrid está viviendo esta temporada al ritmo de Vinicius y Rodrygo. Los dos jóvenes jugadores brasileños se han convertido en el corazón de un equipo que con sus transiciones y su velocidad es capaz de superar a cualquier rival. Ambos, apoyados en la clase y visión de juego de Benzema, han formado un tridente ofensivo de élite mundial. Si Ancelotti respondía con un rotundo “sí” a la pregunta de que si la final de la Champions fuese ahora Rodrygo sería titular, es bastante probable que su ataque de gala sería este mismo.
La explosión de Rodrygo esta temporada ha dado un poderío ofensivo al Real Madrid muy importante. El brasileño genera ocasiones de calidad y se asocia a la perfección con sus compañeros. El segundo gol de los blancos ante el Shakhtar Donetsk es el mejor ejemplo. Una combinación perfecta del brasileño con Benzema que termina en una asistencia perfecta a Vinicius, que no perdonó delante del meta ucraniano. Es verdad que Ancelotti tiene trabajo en los ajustes defensivos, pero los beneficios son enormes.
Si bien es cierto que la presencia de Valverde en el costado derecho le da al equipo más equilibrio defensivo, las ventajas que le aporta un jugador como Rodrygo son mucho mayores. El Real Madrid ahora debe tener un periodo de adaptación que le llevará un tiempo y le hará sufrir en algunos encuentros, pero también es una realidad que a nivel ofensivo el equipo crece.
Vinicius, nivel mundial
Por otro lado, Vinicius sigue subiendo escalones en la clasificación de mejores jugadores del mundo. El brasileño no deja de crecer partido tras partido. Es un futbolista que marca la diferencia y que es capaz de cambiar cualquier duelo. Ante Osasuna marcó uno sin querer y frente al Shakhtar hizo uno, pero tuvo ocasiones para convertir cinco.
El Real Madrid puede estar tranquilo. Los blancos fallaron más de lo habitual ante un Shakhtar que plantó cara en el Bernabéu gracias a las ocasiones erradas por los de Ancelotti, pero la calma del madridismo reside en que el equipo se reencontró con su mejor fútbol y es muy complicado que vuelva a vivir un partido en el que falle más de cinco oportunidades claras de gol. Rodrygo y Vinicius, sin olvidar a un Benzema que cada vez está más fino, son una máquina de generar oportunidades que tarde o temprano terminarán convirtiéndose en premio.
