Una de las cosas que más sorprendieron del nuevo Madrid de Ancelotti en su debut liguero en Mendizorroza fue el impresionante despliegue físico del equipo. Fue un partido made in Pintus. Los blancos arrollaron al Alavés con una presión asfixiante y un ritmo impropio de la primera jornada de Liga. Futbolistas como Nacho, Alaba, Modric, Valverde o el mismo Hazard impresionaron por su estado físico.
La mano de Pintus, firme, dura y siempre exigente, se nota en el Real Madrid desde el minuto uno. El preparador físico, que llegó al club de la mano de Zidane y que fue uno de los secretos del éxito del Madrid de las tres Champions consecutivas, regresó este verano a Valdebebas como exigencia de la cúpula del club blanco y con un objetivo: recuperar al equipo de la plaga de más de 50 lesiones que tuvo la temporada pasada.
Pintus se había marchado al Inter después de quedarse en una situación incómoda en el Real Madrid tras la primera espantada de Zidane. De su mano el equipo de Conte se convirtió en una trituradora en lo físico y volvió a ganar el Scudetto once años después.
Un fichaje prioritario
Este verano el fichaje de Antonio Pintus como máximo responsable de la parcela física fue la prioridad del club por encima incluso de la elección del entrenador. En la cúpula del Real Madrid se tenía muy claro que el principal problema del equipo no estaba en lo futbolístico, ni en la calidad de los jugadores, ni en la falta de gol, sino en las lesiones.
Con esa obsesión porque el Real Madrid no se convirtiera en el campeón de la enfermería el club apostó por Pintus, que está dando la razón a la cúpula de Valdebebas desde el primer día. La exhibición física del Real Madrid en Mendizorroza, en la que abrumó al Alavés en una segunda parte espectacular, es impropia de un debut liguero un 14 de agosto.
Sólo hace falta fijarse en la punta de velocidad en los cruces de un jugador que supera los 30 años como Nacho, el aguante físico de un todocampista como Modric que va camino de las 36 castañas o el debut de Hazard, en un peso que no se le recuerda desde que llegó al Real Madrid, para darse cuenta de que Pintus ha vuelto a obrar el milagro de meter en cintura a una plantilla que sabe que la fama cuesta y que con Pintus van a sudar la gota gorda.
