Liga Santander: Real Madrid - Elche

El Madrid gana de paseo

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El Real Madrid goleó al Elche y ganó por 4-0.

El Real Madrid no necesitó pisar el acelerador para golear a un Elche endeble y sin ánimo. Los blancos se dieron un paseo para ajustar cuentas con el calendario liguero y enjuagaron tres puntos de diferencia con el Barcelona. Asensio abrió el marcador, Benzema logró un doblete de penaltis y Modric abrochó el cuarto con un golazo. Ancelotti rotó a su equipo y Ceballos volvió a encandilar al Bernabéu.

El Real Madrid recibía al rival más débil. Un Elche con una victoria en 20 partidos y con más cara de Segunda que de Primera rendía visita al Bernabéu, que estrenaba su tercer césped de la temporada. Es lo que tiene meterse en obras. Ancelotti aprovechó para dar descanso a Rüdiger, Kroos y Modric y meter de inicio al recuperado Militao, además de Nacho y Ceballos, los empleados del mes en el Madrid. También Camavinga volvía a su hábitat natural y ejercía de mediocentro.

Sin el sancionado Vinicius, Ancelotti decidió rodear a Benzema de vigor. Dejad que los niños se acerquen a Karim, debió pensar a Carletto, que colocó a Rodrygo y a Asensio como pajes del Balón de Oro. Atrás Carvajal y Alaba ocupaban los costados, con Militao y Nacho en el eje de la zaga. Una alineación con menos currículum que otras veces pero igual de fiable.

En los prolegómenos el Elche hizo pasillo al Madrid por el Mundial de Clubes. Gesto de un club señor, no como otros vecinos que no hacen pasillos, sólo comunicados. Seguro que pronto harán uno sobre el Barçagate, ya verán. Bueno, que no me quiero calentar antes de tiempo. Resulta que el Real Madrid compareció con más prisa al Bernabéu que Pedro Sánchez en un sitio público. E igual de escoltado. A falta de Vinicius, el Madrid buscaba a Rodrygo y a Asensio para atacar por fuera a la zaga ilicitana, que resistió a duras penas el empuje inicial del campeón.

Siete minutos duró la resiliencia del Elche. El tiempo que tardó Marco Asensio en recibir un balón en tres cuartos de campo, internarse sin oposición en el área ilicitana. Magallán y Raúl Guti hicieron pasillo al mallorquín, que se plantó ante Edgar Badía y le batió por bajo como una madre quita una tirita a un niño: con suavidad, sutileza y precisión quirúrgica.

Asensio saca su fusil

El gol inspiró al Real Madrid, que gravitó sobre un genial Ceballos, capaz de levitar sobre la pelota e investirse como arquitecto de un fútbol artístico. Los blancos cercaron el área del Elche y el partido se jugaba sólo en la mitad del campo ilicitana. Se sucedieron las ocasiones y Edgar Badía esquivó el segundo con buen hacer y algo de flor.

Tan superiores se vieron los de Ancelotti que se pusieron a sestear. Aun así no pasaron complicaciones. Paseando el Real Madrid se encontró con un penalti en el minuto 30. Lo cometió Roco con una mano obscena e inapelable. Hasta Enríquez Negreira la habría pitado. Y Laporta. Y Bartomeu. Y Jordi Puyol si me apuran. La pena máxima la ejecutó Benzema por la escuadra y puso al Madrid 2-0 y con los tres puntos en el bolsillo.

Un par de ocasiones del Elche dieron noticia del despiste y pasotismo que había imbuido a un Real Madrid que se sabía muy superior. El tiempo jugaba a su favor, igual que la debilidad defensiva de los visitantes, que ya no tenían nada que perder para lanzarse a tumba abierta a riesgo de encajar el tercero. Que acabó llegando, otra vez de penalti, antes del descanso. Este ya fue más dudoso, como muchos de los que le han pitado al Barça en esta década. Lo volvió a anotar Benzema, que firmaba un doblete desde los once metros. Y con el 3-0 nos fuimos al descanso.

Benzema sentencia y Badía salva

Del que regresamos con un par de ocasiones de Rodrygo que abortó Edgar Badía con sendos paradones. El mejor del Elche de largo. Ceballos seguía gustándose como una influencer cuando se mira al espejo. El Madrid jugaba de salón ante un rival con los brazos en los bolsillos que se dedicaba a mirar a los blancos como un jubilado mira una obra.

La tuvo también Marco Asensio con una media volea en el 63 que sacó con una buena mano Edgar Badía. Fue la ocasión previa al triple cambio de Ancelotti: fuera Ceballos, Valverde y Carvajal, dentro Tchouaméni, Modric y Odriozola. El partido estaba resuelto y el Madrid se gustaba al paso, sin arriesgar ni pegarse una carrera de más. En el 77 también entró Mariano por Benzema. Se preparaba Arribas para entrar al campo cuando el Madrid cocinó el cuarto con una jugada perfecta que abrochó Modric con un disparo a la escuadra. Ya en el 80 y con 4-0 entró al campo el canterano por Asensio.

Transcurrieron los diez minutos finales más el añadido y ni el Madrid quiso hacer más sangre ni el Elche pudo hacer el gol del honor. Los blancos saldan cuentas con el calendario y acortan la diferencia con el Barcelona a ocho puntos. Demasiados para un club que es capaz de tener en nómina hasta al vicepresidente de los Comité de Árbitros. Contra eso no hay remontada que valga. Habrá que mirar a la Champions. Como siempre.

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