“Aún no hemos ganado nada”. El mensaje del vestuario del Real Madrid es claro. Es cierto que están superando con sobresaliente un maratón de partidos ante rivales directos en la Liga, pero los hombres de Carlo Ancelotti no se confían. La temporada pasada fueron ellos los que remaron hasta el final para obligar a un Atlético de Madrid sublime en la primera vuelta a pelear por el título hasta el último segundo. De hecho, los rojiblancos ganaron el campeonato por un gol de diferencia tras 38 jornadas en las que se mostraron muy superiores al principio y se desinflaron al final. La ventaja ahora la tienen los blancos, pero la prudencia dentro de la caseta madridista es máxima.
La victoria ante la Real Sociedad es un golpe encima de la mesa. El Real Madrid ha sido capaz de ganar donde no lo había hecho nadie. De hecho, ninguno de los equipos que han visitado este curso el Reale Arena habían podido marcar más de un gol. Los blancos fueron superiores, hicieron dos tantos y se llevaron tres puntos de esos que valen los mismo que el resto pero que saben mejor. Hace una semana también vencieron a otro rival directo como el Sevilla en el Santiago Bernabéu. Y si son capaces de repetir triunfo dentro de siete días en el derbi ante el Atlético de Madrid, se confirmará que los hombres de Ancelotti han endosado tres puñetazos en el mentón a rivales que le van a pelear el título, pero todavía no han ganado nada.
“¿Victoria de campeón? Es exagerado, es una victoria de un equipo que lucha por ganar, que lo está haciendo bien. Conozco el fútbol, en tres días puede cambiar todo”, aseguró Ancelotti tras la victoria ante la Real Sociedad. El mismo discurso lo mantuvieron sus jugadores en zona mixta. «Todavía es muy pronto para hablar del título», aseguró Modric. En la misma línea se mantuvo Courtois.
El discurso del vestuario madridista está claro, pero lo más importante es que se lo creen. La plantilla sabe que lo está haciendo muy bien, pero también son conscientes de que tienen que mantener el nivel para no perder la ventaja. Los blancos no se fían y extreman la prudencia llegar a mayo, cuando se deciden las cosas, en una posición privilegiada para ganar el título.
