Kylian Mbappé ha quedado inmortalizado en París, ciudad de la que se marchará el próximo verano, con un muñeco de cera idéntico a él. El delantero francés se quedó totalmente sorprendido al pulsar un botón y bajar el telón de una figura calcada a su aspecto. El Mbappé de cera está diseñado a tamaño real y viste con la equipación de la selección de Francia y posa con su celebración habitual de brazos cruzados.
La estatua de cera pertenecerá al prestigioso museo Madame Tussauds y ha sido presentada este jueves en el lujoso hotel Michel Angel Molitor, muy cerca del Parque de los Príncipes, un estadio del que se despidió el pasado domingo después de siete temporadas militando en el Paris Saint-Germain. «Era un calco, es más Kylian que yo», decía Mbappé al observar la obra.
En los próximos días la figura será trasladada al Madame Tussauds de Berlín. Allí, desde la capital de Alemania, se irán conociendo los siguientes episodios del culebrón que es el futuro de Mbappé, pues jugará la Eurocopa con la selección gala antes de llegar al Real Madrid. Kylian no sólo estará lejos de su ciudad natal, París, sino también de la estatua con la que ha sido reconocido.
«Es una celebración que tengo desde hace tiempo», comentó Mbappé tras descubrir su muñeco. Luego, pasó a hablar de las aspiraciones del combinado de Didier Deschamps en el torneo que arrancará el próximo 14 de junio: «Prefiero a Mbappé en la final, pero es un honor tener una estatua en el museo. La imagen me recuerda a mí bastante. Es una oportunidad para tener una conexión con los aficionados. Espero que admiren el trabajo que han hecho con esta maravillosa escultura».
Mbappé se despidió de su afición
Mbappé se llevó un merecido homenaje en la antesala del PSG-Toulouse, antepenúltimo partido de la Ligue 1 en el que se produjo la esperada despedida del francés en su estadio. El jugador se dirigió hacia el fondo en el que se encontraba un tifo espectacular en el que se podía observar su cara con la camiseta del equipo parisino, al que está diciendo adiós después de siete años. Luego, en el césped, el equipo parisino prolongó una semana negra perdiendo por 1-3 contra el décimo de la competición.
El reconocimiento fue extraño, ya que en los instantes previos al partido Mbappé se llevó una fuerte pitada procedente de otro sector de la grada cuando sonó su nombre por megafonía. No por esperado, el adiós duele menos en el Parque de los Príncipes, donde reside una afición que todavía no sabe lo que es ganar una Champions League y que tendrá que ver cómo su equipo sigue insistiendo, pero ya sin el galo en sus filas.
Era un partido más interesante en lo personal que en lo deportivo, pues el PSG llegaba como campeón y el Toulouse estaba totalmente salvado. Pero el pasado domingo fue el día en el que Mbappé se despidió definitivamente de su estadio y, sobre todo, de la que ha sido su afición a lo largo de siete temporadas. Kylian llegó a la capital de Francia procedente del Mónaco siendo un chaval de 19 años y pone rumbo al Real Madrid convertido en uno de los mejores futbolistas del mundo.