La Liga de Mbappé
Un espectacular doblete de Mbappé da el triunfo a un Real Madrid sólido y solvente ante un Oviedo que nunca se rindió
Gran primer tiempo del equipo de Xabi Alonso, con Vinicius suplente, aunque los blancos levantaron el pie en el segundo tiempo
Mbappé quiere su Liga. Y el Real Madrid también. El equipo de Xabi Alonso, con Vinicius suplente, dio un golpe de autoridad en un imponente primer tiempo ante el Oviedo. El doblete del crack francés dio el triunfo al equipo blanco, que levantó el pie en la segunda mitad ante un equipo local que nunca se rindió. En el 93 Vinicius hizo el 0-3 definitivo que abrochó el triunfo blanco en el Carlos Tartiere.
Xabi Alonso le echó un par. Tras cuatro años de ancelottismo nadie en el Real Madrid estaba preparado para que un entrenador sentara a Vinicius. Xabi lo hizo porque Vini se merecía ese jarabe de banquillo más que Pedro Sánchez una moción de censura. Ah, y metía en su lugar al transferible Rodrygo. También sacó del once al insulso Trent (antes Alexander-Arnold) para dar entrada al bullicioso Carvajal, lo mismo que hizo con Brahim para meter a Franco Mastantuono –desde ahora FM–. El cuarto cambio era Rüdiger por Militao, a quien no conviene pasar de rosca después de sendos cruzados.
Con tanto relevo la alineación del Real Madrid en Oviedo la formaban los siguientes muchachos: Courtois; Carvajal, Rüdiger, Huijsen, Carreras; Tchouaméni, Valverde, Güler; Mastantuono, Rodrygo y Mbappé. Enfrente un Oviedo recién ascendido que salió valiente y descarado al Tartiere. Tanto que apunto estuvo de marcar a los diez segundos en una jugada que pilló mal parados a Rüdiger y Carvajal y que abortó atentísimo Courtois.
Los de Alonso se hicieron pronto con los mandos del partido. Pesaba Carreras y el equipo cargaba hacia la izquierda, donde se asociaba con Rodrygo. El Real Madrid, con pantalón y medias negras, parecía la selección de Alemania. Apretaban los blancos con ritmo e intensidad (tanto con como sin la pelota) y no parecía fácil que el Oviedo resistiera mucho tiempo el asedio visitante. Impactaba tanto la puesta en escena como la agresividad de un equipo que atacaba y defendía con once (y no miro a nadie).
Así, así, así aprieta el Madrid
El Real Madrid colocó la línea defensiva en el centro del campo como el Barça de Flick. Rüdiger y Huijsen se entendían como si fueran compañeros de mus. Resistía el Oviedo aupado en el ruidoso Tartiere. A los once minutos Nacho Vidal (el futbolista, no el actor) hizo un penalti clamoroso a Rüdiger pero el colegiado (y el VAR) estaban viendo otra película. Igual que en el minuto 15 cuando a Mastantuono le hicieron un sandwich en forma de penalti con el brazo y con el pie que ni De Burgos ni sus colegas del VAR consideraron tal.
Sin contar a los negreiritas jugaba bien el Real Madrid. Ese Huijsen que es el Lamine Yamal de los centrales manejaba el juego desde atrás. El equipo apretaba bien y hasta Güler la pedía sin complejos. Resistía el Oviedo sin asomarse siquiera a Courtois. Parecía sólo cuestión de tiempo que los de Xabi Alonso consiguieran el primero. Los de Paunovic copiaron el esquema de Osasuna en el Bernabéu y en los primeros 20 minutos les salió bien.
Lo mejor del Real Madrid era la intensidad y el dominio persistente del equipo. Lo peor, lo poco que habían entrado en juego Rodrygo y Mbappé. El brasileño lo arregló en el 28 con una acción individual en la que sentó a varios rivales sin que su disparo final acabara en nada. Para el Oviedo lo mejor era un 0-0 que sostuvo con sangre carbayona durante media hora.
En el 33 no llegó por poco FM a un centro medido de Güler al segundo palo. El Real Madrid cargaba sólo hacia la izquierda. Y por ahí llegó una jugada maravillosa del equipo de Xabi Alonso abrochada por un disparo de Rodrygo que sacó Aarón, cuyo rechace también desaprovechó Güler. El que no falló tres minutos después fue Mbappé. El francés recibió un pase precisamente del turco en la frontal, se giró, sentó a su par y la cruzó lejos del alcance del meta ovetense. Los locales reclamaron falta de Tchouaméni que no existió en el inicio de la jugada.
Mbappé, quién si no
El Real Madrid encontró el 0-1 en tres virtudes que pueden darle mucho en el futuro: la presión encarnada en la acción de Tchouaméni, la imaginación de Güler y la capacidad para definir de Mbappé. Al Oviedo apenas le quedaba aire para resistir las acometidas del equipo de Xabi Alonso. A los locales les salvó la campana con la llegada del descanso.
Del que regresamos con un panorama análogo. Dominio del Real Madrid y repliegue del Oviedo. Güler aparecía por todos los sitios y Mastantuono se mostraba venenoso por la izquierda. Continuaba el asedio blanco con un Tchouaméni desconocido en la recuperación y en la creación. Xabi Alonso puso a todo su banquillo a calentar. Intimidaban con sólo verlos.
El Real Madrid estaba bajando dos marchas en la presión y Xabi se dio cuenta pronto. En el 62 metió a Vinicius y Brahim y sacó del campo a Mastantuono y Rodrygo, transparentes en la segunda parte. Recibió el Tartiere a Vinicius con una enorme pitada como si le conocieran de algo. Crecía el Oviedo y menguaba el Madrid. Había partido y aún quedaba media hora por delante.
Perdonó Fede Valverde el 0-2 en una contra que cocinaron entre Vinicius, Mbappé y Brahim. El uruguayo, que llegaba solito a empujarla, la dio mordida en el área pequeña y su disparo se marchó desviado a la izquierda de Aarón. Xabi decidió meter a Gonzalo por Güler, que andaba fundido. Dejó solitos a Tchouaméni y Valverde en el medio y colocó a Mbappé en la mediapunta.
Sentencia Kylian
Al Real Madrid aún le quedaba un cuarto de hora por delante para cerrar el partido. O para sufrir. La tuvieron entre Tchouaméni y Gonzalo a la salida de un córner en el 78. Tres minutos después tuvo el 1-1 el Oviedo en las botas de Sibo, que disparó con el tobillo contra el palo izquierdo de Courtois. Se cumplió entonces la ley del fútbol y llegó el 0-2. Fue un robo de Vinicius, aceleró, vio a Mbappé, se la dio y el francés no perdonó para poner en bandeja la victoria al equipo de Xabi Alonso.
Aún le dio tiempo al Oviedo para tener una ocasión de marcar en un tiro de Hassan que sacó abajo Courtois. El Tartiere se cayó para recibir a Santi Cazorla en el 89 y el Real Madrid terminó por abrochar su segunda victoria con el 0-3 que anotó Vinicius en el estreno del proyecto de Xabi Alonso, que cada vez tiene mejor pinta. Trabajo por delante sí, pero buena pinta también.