Liga Santander: Real Madrid – Sevilla

Ni Munuera ni el VAR tumban al Madrid

Ni Munuera ni el VAR tumban al Madrid
El Real Madrid y el Sevilla empataron en el Di Stéfano.

Martínez Munuera y el VAR, el VAR y Martínez Munuera, a pachas, intentaron echar al Real Madrid de la Liga. El colegiado, a instancias del VAR, decidió pitar un penalti por mano involuntaria de Militao, que estaba de espaldas, y que a punto estuvo de costarle la victoria a los blancos. Sin embargo, a este Madrid no se le tumba tan fácil y el gol postrero de Hazard da al Madrid esperanzas de pelear la Liga hasta el final. Si los árbitros y el VAR le dejan.

Después de su papelón (y de su numerito) en Stamford Bridge, Zidane se fumó a Hazard. El belga se lo había ganado por deméritos propios. Igual que la decisión del Real Madrid de ponerle en el mercado este verano. Veremos si pica alguien porque llegó como un crack y hoy parece un despropósito. También faltaban Mendy y Ramos, que forzaron para la Champions y han tenido que regresar a boxes.

Así que Zidane decidió meter oxígeno al once con la presencia de Odriozola y Marcelo en los costados, laterales sospechosos pero al menos frescos. También entraba Valverde, piernas nuevas para los fundidos Casemiro, Kroos y Modric, que descansan menos que la funeraria. Nacho y Militao volvían a formar la pareja de centrales de emergencia y Vinicius olvidaba el experimento de falso lateral derecho para pasar a su puesto natural: el de falso delantero.

Enfrente llegaba el Sevilla de Lopetegui pero sin Lopetegui. O sea, que no estaba en el banquillo sino en la grada… por acumulación de amonestaciones. Vamos, que Julen protesta más que los abogados de las películas. Su inesperado tropiezo ante el Athletic del pasado lunes les despertó del sueño de la Liga, pero se plantaban en Valdebebas dispuestos a fastidiarle al Real Madrid, que eso siempre hace ilusión.

Quizá por eso el Sevilla, que salió sin 9, encerró rápido al Madrid en su campo merced a una presión desatada y altísima. Los de Lopetegui monopolizaban la pelota y el equipo de Zidane sólo podía replegar, esperar y si acaso rezar. El chaparrón sevillista era considerable, pero el Madrid se juntó y resistió en los primeros diez minutos.

Vértigo en Valdebebas

En el once marcó Benzema en su primera llegada al área. El pase se lo había puesto Odriozola y a este le había asistido, un poco tarde, Vinicius. Munuera dio validez al gol pero el VAR lo anuló a la velocidad de la luz, no vaya a ser que el Real Madrid se hiciera falsas ilusiones. El tanto, aunque anulado, espoleó al equipo de Zidane, que osciló el partido hacia el área de Bono.

Y cuando mejor jugaba el Madrid llegó el gol del Sevilla. Fue a balón parado y nació de una falta inexistente que Munuera le cobró a Casemiro. Las protestas del brasileño le costaron la amarilla y la falta, que no era, acabó con el 0-1. El centro al área lo prolongó Rakitic, libre de marca, para que recibiera Fernando, que controló, sentó a Casemiro y batió a Courtois. A los de Zidane les tocaba remar… para variar.

El Real Madrid se puso manos a la obra y el Sevilla, con el preciado botín del 0-1, replegó para blindar su área. Vinicius volvió a mostrar lo mejor y lo peor de su fútbol. Hábil para el regate pero torpe de remate. El brasileño es el Steve Urkel del gol. ¡Qué desesperación!

Transitaban los minutos con el conmovedor (e infructuoso) esfuerzo del Real Madrid en busca de un empate que empezaba a merecer. Los blancos pusieron un punto más de intensidad y el Sevilla no daba dos pases seguidos. Pero a Zidane le faltaba lo mismo que le ha faltado desde que se fue Cristiano: pegada.

El Madrid transformó el dominio en acoso. El Sevilla parecía el Atleti de Simeone de sus mejores tiempos. Defensivos, se entiende. Los blancos no encontraban huecos ni por el centro ni por los flancos. Así que sobrevino el descanso con los de Lopetegui por delante en el marcador y el Real Madrid tirando por el sumidero sus opciones de tener la sartén liguera por el mango.

Se desespera el Madrid

En la reanudación el Real Madrid siguió con su cerco al área de Bono. Lo peor para los de Zidane era que se destapaban demasiado atrás y el riesgo de comerse una contra era gigantesco. Y con Militao como última línea de defensa, pues más. Zizou puso a calentar a Asensio y al canterano Miguel Guitérrez.

Antes de la hora de partido Munuera y el VAR se hicieron los longuis en una mano de Jordán en el área. Entendieron que era involuntaria, así que el Madrid se quedó compuesto y sin penalti. Para variar, claro. Pues cosas peores se han pitado esta Liga. No a favor del Real Madrid, eso sí.

El Real Madrid siguió insistiendo con las mismas armas: presión alta, mucho toque pero poca llegada. Zidane metió de golpe a Asensio y Miguel Gutiérrez por Modric y Marcelo. Un minuto antes había fallado Vinicius un gol marca de la casa a medio metro de la portería. El Urkel del gol se remató a sí mismo en el pie y su disparo se topó contra el poste. Modric le miró y se quería morir. O matarle.

En el 67 por fin llegó el gol que estaba mereciendo el Madrid. Lo marcó Asensio después de una soberbia asistencia de Kroos. El disparo del mallorquín abrochó, por el único sitio que había, una jugada que había nacido en una magnífica recuperación de Benzema. El Madrid volvía a creer en la Liga. Su actitud era conmovedora, irreprochable, valiente. Más allá de colocarle a Vinicius los pies en su sitio, no se podía hacer más.

Luego llegó el show del VAR en una jugada en la que Militao tocó el balón con la mano pero estaba de espaldas. La jugada siguió y Benzema se plantó solo ante Bono, que le hizo penalti. Munuera lo pitó, pero el VAR le llamó para que revisara la acción del central brasileño. Munuera lo vio, no dudó, lo pitó y Rakitic lo marcó. Del hipotético 2-1 al injusto 1-2.

Atraco de VAR

Al Real Madrid le estaban tangando una Liga en dos acciones análogas. En ambas le salió cruz. No en una cara y en otra cruz. Cruz en las dos. El caso es que a los de Zidane les habían sacado del partido, y de la Liga, por la vía arbitral. Entre el VAR y Munuera y entre Munuera y el VAR.

Los últimos minutos fueron un auténtico desconsuelo para el Real Madrid, que se sentía atracado en su propia casa. Los blancos lo intentaron hasta el final y acabaron marcando un empate postrero, que hizo Hazard casi sin querer. Un 2-2 que deja a los blancos al menos medio vivos en sus opciones de pelear la Liga hasta el final. Si los árbitros y el VAR le dejan. Que no tiene demasiada pinta.

Lo último en Real Madrid

Últimas noticias